‘Exito’ de la antifamilia
Sirva como proemio decir que escribo estas líneas con motivo de la actual crisis de la familia, crisis fomentada desde los diferentes grupos políticos tanto liberales (PP) como socialistas (PSOE). Y también con motivo del Congreso Mundial de la Familia. Ante una sociedad en la que hay que llamar familia tradicional (a pesar de la redundancia) a la única familia concebible y existente salta la alarma que nos hace comprender que hoy más que nunca la familia está en crisis, va por diferentes derroteros que la llevan a la desaparición, es atacada, insultada e incluso vista como una especie de sociedad para retrógrados, anticuados, reprimidos y fanáticos.
Cuando se destruye la familia se destruye la sociedad, pues aquella es la verdadera raíz de la que nace y se constituye la sociedad, seguida por la comunidad de hombres y mujeres y representada por el Estado. Al deshacer la familia se deshace la sociedad y la comunidad quedando el Estado reducido a un simple grupúsculo de hombres y mujeres que con frecuencia suelen ir a recostarse sobre el diván de un psiquiatra o psicoanalista. Vemos bien reflejadas aquí algunas de las consecuencias del protestantismo y la aplicación de numerosas teorías luteranas y más tarde kantianas que conducen al hombre moderno al individualismo y el egocentrismo llegando a ser un individuo misántropo utilizado por diferentes poderosos para “ser productivo”.
Quedará en cierto aspecto extraño recurrir a uno de los garantes del control de la natalidad como Margaret Sanger cuando decía que el bien para el futuro sería tener contadas las generaciones que nacerían, o Adam Smith (admirado por muchos liberales y tecnócratas) cuando siguiendo la misma línea escribiera y dijera que para lograr el control y la viabilidad de una economía libre sería necesario controlar la natalidad y las generaciones.
Pero es necesario volver la vista hacia atrás cuando se sufren crisis de natalidad, matrimonios y ,en definitiva, de la familia pues ya Víctor Frankl en una conferencia diría que “ni Auschwitz, ni Treblinka, ni Maidanck fueron preparados fundamentalmente en los Ministerios nazis de Berlín, sino mucho antes, en las mesas de despacho y en las aulas de clase de los científicos y filósofos nihilistas”. Ocurre así que la crisis de la familia en nuestros días no comenzó casualmente sino en los despachos de aquellos racionalistas, vitalistas, protestantes y demás corrientes que verían en la raíz de la sociedad, la familia, un grupúsculo represivo y fanático que dirían estos por una parte junto a los protagonistas de 1789 y, por otra parte, un estorbo para el desarrollo de la economía libre ideada por Adam Smith. Éste y otros como Margaret Sanger quisieron hacer del mercado el amo y siervo a los hombres y las mujeres que deberán impedir aquello para lo que fueron puestos en la tierra, el “procread y multiplicaos” del libro del Génesis.
Este “procread y multiplicaos” queda ignorado y marginado, suplantado por la anticoncepción y el aborto que el hombre “sin Dios” considera más comodo y el amo más productivo. Así para estos serían modelos a seguir países como la actual China en la que se asesina a los niños si llegan a nacer más de uno por matrimonio para poder servir a ese amo que sería la economía. Con esto no nos puede extrañar que instituciones instituciones internacionales estén promoviendo el infanticidio.
De aquí inferimos dos puntos de vista; uno que nos hace pensar cómo al fin y al cabo es lo mismo asesinarlos antes de nacer (nasciturus) o ya nacidos; y otro con el que divisamos el éxito de aquellos científicos y filósofos decimonónicos y anteriores que idearían estrategias cuyos resultados se sufren ahora incluso donde ellos no pensarían poder influir como en el garante de la Cristiandad, en España. Decía G.K. Chesterton que “quienes atacan a la familia no saben lo que hacen porque no saben lo que deshacen”. No supieron lo que deshacían ni aquellos que idearon tal ataque y destrucción, pues aniquilando a la familia acabarían con la sociedad y seguidamente con la economía.
No saben tampoco lo que hacen aquellos que fomentan leyes para promover el aborto, la eutanasia, el divorcio, la sodomía y demás crímenes y comportamientos que atentan contra la raíz de ese árbol que es la sociedad.Ninguno (diré con Chesterton) sabe lo que hace porque no sabe que deshace a la raíz del árbol al que ellos pertenecen como fruto de él que son. Colaboran en una enorme tarea(enorme en cuanto a la dificultad y el tamaño) quienes promueven las formas anti-natura de algo que se empeñan en llamar familia sin serlo, la traición, el adulterio y el divorcio permitidos y despenalizados desde la transición al régimen actual e incluso desde algunos púlpitos donde muchos sacerdotes ya no son aquel “león rugiente” que diría Leonardo Castellani. Visto todo esto ya como normal y habitual in sine die.
Termino con unas palabras de Pío XI en el párrafo dieciséis de Casti Connubi: “No es ya de un modo solapado ni en la oscuridad, sino que también en público, depuesto todo sentimiento de pudor, lo mismo de viva voz que por escrito, ya en la escena con representaciones de todo género, ya por medio de novelas, de cuentos amatorios y comedias, del cinematógrafo, de discursos radiados, en fin, por todos los inventos de la ciencia moderna, se conculca y se pone en ridículo la santidad del matrimonio, mientras los divorcios, los adulterios y los vicios más torpes son ensalzados o al menos presentados bajo tales colores que parece se les quiere presentar como libres de toda culpa y de toda infamia.
Las doctrinas que defienden se ponderan como portentos del ingenio moderno, de un ingenio que se gloría de buscar exclusivamente la verdad, y, con ello, de haberse emancipado -dicen- de todos los viejos prejuicios entre los cuales ponen y pregonan la doctrina tradicional cristiana del matrimonio.
La antifamilia es lo que tu tienes Jesús de castro. Tu padre anda por ahí procreando hijos sin responsabilizarse de ellos porque él es un enviado que no tiene que atenerse a las reglas de Dios. Hipócrita
La familia es el entorno donde más abusos psíquicos y físicos se producen. Y sobre todo donde se da más eficazmente el lavado de cerebro, por eso la iglesia católica está tan interesada en protegerla ya que es en el seno de las familias católicas donde se educa futuros católicos que aumenten las huestes de la secta.
“Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin deshonra, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios”. Hebreos 13:4
“No os equivoquéis, hermanos míos: aquellos que corrompen una familia “no heredarán el Reino de Dios”. San Ignacio de Antioquía
posibilida
la familia, el creced y multiplicaos no es solo el mandato de Dios, sino tambien la mayor bendición que recibe el hombre de su creador. Bendito sea Dios, Padre de todos los hombres.