Yihadistas y ultraderechistas
CL.- Impresionante la reacción de la izquierda española a los crímenes del yihadista francés. En los primeros momentos, y cuando se pensaba en la hipótesis neonazi, los progresistas españoles responsabilizaron a Sarkozy y a la derecha francesa por su discurso sobre la inmigración. Y después, cuando se confirmó la ideología yihadista del asesino… siguieron censurando ¡a Sarkozy! y a su discurso sobre la inmigración. Por ejemplo, hoy, El País en un editorial en el que, para valorar los asesinatos de Toulouse, se dicen cosas como las que siguen:
“Sería preocupante que el hecho de que el supuesto asesino sea de origen árabe reforzara el discurso antimusulmán que se ha ahondado en los últimos años y en especial en esta campaña de la mano de la dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen (…) el presidente Sarkozy se ha radicalizado en los últimos tiempos con un mensaje que bordea el rechazo al extranjero” (“Terrorismo en Toulouse”).
¿Y qué tiene que ver el yihadismo con la ultraderecha y, aún más, con la derecha? ¿O estos atentados con el debate sobre la inmigración? Obviamente, nada, más allá del deseo de la izquierda de encontrar alguna responsabilidad en la derecha.
El terrorismo yihadista tiene que ver con la extrema derecha francesa tanto como con la extrema izquierda del Front de Gauche, o sea, nada. Puestos a encontrar alguna lejana conexión ideológica, quizá habría alguna más con la extrema izquierda, por su antiamericanismo y antiimperialismo también propias del yihadismo. Y extrema derecha y extrema izquierda francesa compartirían, en cualquier caso, el común rechazo a Israel.
En cuanto a la responsabilidad de la derecha por su discurso sobre la inmigración, se trata de una barbaridad ideológica comparable a la de traer a colación el discurso socialista contra la élite económica como posible gasolina del extremismo yihadista.
Y hay otra diferencia esencial entre la ideología ultraderechista y el yihadismo. El segundo tiene el grupo terrorista más importante del mundo, el más letal y amenazador para los propios musulmanes, para los israelíes y para los occidentales. Pero no existe ningún grupo terrorista relevante del ultraderecha, por mucho que la izquierda alerte sobre ello como si de un fenómeno comparable al terrorismo yihadista se tratara. Los propios crímenes de Breivik en Noruega no ponen de acuerdo aún a los expertos sobre su condición de “lobo solitario” de la extrema derecha o de criminal desequilibrado.
Los yihadistas están directamente emparentados con el fanatismo criminal comunista, como la ETA, El Grapo, Brigadas rojas, La Esquerra, Nazionalsocialismo, etc. No hay que intentar confundir churras con merinas, ya que la ultraderecha jamás ha utilizado el crimen para conseguir sus fines políticos, cosa que no pueden decir las Izquierdosias.
Y en España los republicanos eran tan criminales como Hitler, o más.
Cuando la progresía intenta culpabilizar al espectro ideológico opuesto por actos reprobables que realize un chalado, habría que responderles con la misma medida, responsabilizándolos a ellos. Por ejemplo: La tragedia de Toulouse es consecuencia del fanatismo y del odio propiciado por numerosas entidades cuyo ideario favorable a la inmigración masiva y a la sociedad multicultural están provocando numerosos perjuicios a los ciudadanos de a pie. Un fanatismo y auto-odio que es proyectado a través de partidos progresistas y organizaciones de izquierdas que hacen de la endofobia (odio contra la civilización occidental), del racismo anti-europeo, de la fobia a las culturas… Leer más »
EUROPA NO VALE TANTO SUFRIMIENTO