El Madrid cumple el trámite para meterse en cuartos de Champions (4-1)
Sin brillo pero con oficio el Real Madrid solventó el partido. Higuaín quiso dejar claro su acierto de cara a la puerta contraria, y en el cuarto ‘pase de la muerte’ que en esta ocasión brindó Kaká, ganó la posición a su par para adelantarse al portero y que el Real Madrid hiciera lo propio en el marcador (1-0). En la otra portería, Musa se reveló como el hombre más determinante para los rusos, con una clara asistencia que desperdició Doumbia y con un tiro que hizo ejercitarse por vez primera a Iker Casillas.
En la reanudación, cuando parecía que la tónica descafeinada del partido se iba a mantener y que nada iba a hacer levantar al aficionado de su asiento, Cristiano Ronaldo agarró en tres cuartos de campo una pelota intrascendente y soltó un zapato que se coló en las mallas rivales, con la inestimable colaboración de Chepchugov, que para su desgracia violó esa máxima de los guardametas que dice que siempre hay que poner el pecho en la trayectoria del balón por si las manos fallan, como así sucedió.
Pasada la media hora de juego, Mourinho dio entrada a Benzema en detrimento de Higuaín. Como los buenos revulsivos, el galo mandó a la red la primera pelota que tocó, tras remachar con la puntera un primer disparo que le había sacado Chepchugov. Cuando parecía que el duelo no podía deparar sorpresas, Tosic anotó el gol de la honra para los rusos (3-1) tras driblar a Pepe, acomodarse el esférico y estrellar en el larguero un balón que terminó por colarse en la portería de Casillas.
Los llamados ‘minutos de la basura’, lo fueron aún más en un encuentro en el que ni los blancos buscaban la portería rival ni los rusos tenían fe en acrecentar su cuenta. La flaqueza de los rusos se dejó notar en las postrimerías del encuentro, cuando Ronaldo redondeó la goleada blanca sin apenas ponerle ahínco.
Con el pitido final del árbitro, el conjunto blanco refrendó su victoria (4-1). Mourinho ya puede colgarse la medalla de haber superado en dos años consecutivos los octavos de final, ronda aciaga para la entidad de Concha Espina en las últimas temporadas.