Si no fuera porque 15 personas fallecieron y 17 permanecen aún desaparecidas, el accidente del ‘Costa Concordia’ sería un folletín digno de telenovela latinoamericana. Y no la dura, aspera y vergonzosa tragedia en la que, por desgracia, se ha convertido su luctuosa historia. La última revelación sobre el naufragio la acaba de sacar a la luz Domnica Cemortan, la amante del capitán, Francesco Schettino, probablemente el hombre más odiado de Italia, ya que todo el país le tacha de traidor y le acusa de haber abandonado la nave de forma precipitada.

La joven rubia moldava, que se encontraba con el comandante en el momento del desastre, se ha despachado a gusto en una entrevista exclusiva que publica el ‘Daily Mail’. En el artículo no oculta que pretendía mantener relaciones sexuales con el marino italiano instantes antes de que se diera la voz de alarma y ofrece, además, todo tipo de detalles íntimos.

“Sí, besé al capitán del ‘Costa Concordia’. Y pienso que hubiéramos acabado en la cama, pero el barco chocó”, ha desvelado. Cemortan, cuya ropa interior apareció en el camarote de Schettino, viajaba en el buque como invitada. Su nombre no figuraba en el registro especial de pasajeros de la nave, que terminó hundiéndose frente a la costa de la isla de Giglio el pasado 13 de enero. En las páginas del diario británico, la joven, de 25 años, recuerda que había trabajado en la compañía de azafata y que se había sentido atraída por Schettino (52 años, casado y con una hija) desde un primer momento.

“Era guapo y encantador”

“Era guapo y encantador”, afirma. “Y decía esas cosas que nos gustan a las mujeres”, añade. “Admito que me enamoré de él”. Sin embargo, según da a entender la moldava, la pareja no pudo consumar el romance debido a la colisión.

Cemortan no da muchos detalles de lo que hizo Schettino cuando el buque comenzó a irse a pique. Afirma que tomó el control del puente y que inició los preparativos para evacuar a las más de 4.000 personas. Según su relato, en un momento dado, le dijo: “Sálvate tú”. Y ya no volvió a verle hasta que pisó tierra de nuevo.

En este sentido defiende su actuación a capa y espada: “Es una buena persona. Todo el mundo le culpa de lo sucedido, le pintan como a un monstruo, pero yo creo que no hizo nada malo; fue un desgraciado accidente.