El ladrón «más estúpido»
Todos los años sale a la luz el caso de alguna lumbrera que, de pronto, se cree John Dillinger y participa en un robo que acaba por convertirse en el hazmerreír de YouTube. Chorizos ineptos que cometen hurtos de la manera más necia los ha habido muchos, pero quizás nunca tan desastrosos y torpes como uno de los últimos cacos juzgados en Dublín, un ladrón de poca monta digno por su incompetencia de entrar en el ‘Libro Guinness de los Récords’. A su lado, el plan fallido de Woody Allen en ‘Granujas de medio pelo’ es una auténtica genialidad. Hasta tal punto que la Justicia de Irlanda le ha calificado como el «criminal más estúpido» que ha pasado nunca por los tribunales. Señoras y señores, con ustedes, el malvado Gary Byrne.
Se abre el telón. La mañana del 10 de agosto de 2010, cuando una empleada y un guardia de seguridad iban a abrir el almacén de oro The Bullion Room, en la calle Bolton Street de Dublín, Byrne, de 30 años, y otros dos delincuentes consiguieron entrar a punta de pistola. Después de amordazar a los dos trabajadores, el trío de bandidos se hizo con las llaves de la caja fuerte y de las persianas metálicas de la entrada. El plan, hasta aquí, iba sobre ruedas.
Y se hubiese completado con éxito de no ser por el tremendo descuido -inexplicable- de Byrne. Justo cuando sus compañeros iban a abrir la caja de seguridad… ¿dónde está la llave? El líder del clan que debía esperarles en un coche para salir pitando, se había llevado consigo, sin motivo aparente, los dos pares de llaves. ¡Bravo! Como consecuencia, sus dos cómplices quedaron encerrados en el almacén y por mucho que intentaron romper las persianas a martillazos no lo graron escapar. Al final, tuvieron que rescatarles los bomberos y después de esta humillación fueron directos a la cárcel. La operación resultó un desastre.
El jueves pasado, el juez Donagh McDonagh condenó a siete años de prisión al ‘ladrón’ Byrne por este atraco, que calificó de «ridículo». «Conocían bien los horarios del negocio y lo atracaron a la hora más vulnerable. Fue una operación bien pensada pero muy mal ejecutada», señaló el magistrado.
El detective Brian Quirke aseguró que Byrne, conductor de la huida, se escapó en un Ford Courier azul al ver que sus amigos no volvían del almacén. Tampoco se preguntó por qué. Gracias a un extenso análisis de las imágenes de seguridad, el doble de Dillinger fue arrestado.
«Sería más fácil considerar todo este episodio como una farsa si no fuera por el trato a punta de pistola a los dos inocentes», bromeó el juez. A pesar de que el delincuente negó los cargos, el magistrado quiso concederle el «beneficio de la estupidez» y le anuló los dos últimos años de la pena. «Una cosa es segura, su ineptitud y estupidez no reducen, de ninguna manera, su culpabilidad», terminó el magistrado.
Con varios antecedentes por agresión, McDonagh reconoció que Byrne no era «un criminal curtido». La mofa del juez, eso sí que tuvo que dolerle de verdad.
Esto me recuerda al caso de los “EREs presuntamente irregulares” el día que la población se entere de los detalles de la operación primero llorará pero luego se escojonará de risa porque en este caso los jefes de la banda fueron aún más estupidos.