Fraga jura ante Franco los principios del Movimiento.

Colectivo Alborán/Especial para AD.- No vamos a hablar del servicio militar de Fraga Iribarne, quien dudó en su primera juventud entre hacerse militar o sacerdote y terminó siendo político (pasando por abogado), pasando por ser el número uno de su promoción de alférez de milicias, vamos a hablar de su relación con los aspectos “militares” de la política.

Cuando en 2001 el PP impuso la suspensión sine die del Servicio Militar Obligatorio (que no abolición, como se ha vendido, y que fue una propuesta de CiU en 1996), el “Presidente Fundador” del mismo no dijo nada respecto a esta “suspensión” de un derecho (y deber) constitucional, a pesar de su “patriotismo guadianesco” y de sus tirantes con los colores de la bandera nacional. Y conste que una suspensión de un derecho constitucional da para hablar mucho.

Pero es que la aparentemente contradictoria personalidad de Fraga quizá no lo sea tanto. Además de motivos personales de rencor por su insatisfecha ambición de llegar a Presidente del Gobierno en este y el anterior régimen, está bastante claro que, al menos desde finales de los años sesenta del pasado siglo, don Manuel jugó con dos barajas y, como no podía ser de otra forma, la que más le gustaba era la que adquirió, o le dieron, en segundo lugar.

Esto no es una aseveración ni gratuita ni propia, el mismo lo dijo posteriormente a El País, como disculpa por el ajusticiamiento del asesino Julián Grimau: “Yo tenía que hacer cosas para hacer posibles otras, y ése fue un caso, pero hubo muchos más, en los que hubo que templar gaitas”.

El caso es que después de su cese en 1969 por el Caso Matesa, en el que arremetió contra los “tecnócratas-opus” de Carrero, con el resultado de él también saliera del Gobierno, desde los servicios secretos militares del Alto Estado Mayor, mandados por el General Gutiérrez Mellado y a las órdenes de Díez Alegría, se organizó un entramado a su alrededor con el fin de organizar un partido “moderado” de centro-derecha. El mismo, junto a un PSOE también de nuevo cuño, debía cumplir con las indicaciones y gustos de la todopoderosa Norteamérica, empeñada en conducir el régimen de un Franco muy deteriorado físicamente a los cánones formalmente demoliberales, y a España en prácticamente un feudo sajón.

Así nació lo que sería luego el actual PPEn 1973, bajo inspiración de una CIA que tenía múltiples contactos y mucho predicamento en el Servicio de Información del Alto, el principal desde el fin de la guerra, el que sería conocido en el 23-F como “Comandante Cortina”, le comunicó que la dirección del Gabinete de Orientación y Documentación, S.A. (GODSA), le consideraba como la personalidad clave en la reforma política que debería iniciarse con vistas a la normalización democrática en España, es decir, “la transición”.GODSA había sido creado por militares, fundamentalmente, procedentes casi todos del “Grupo Forja”, una academia de preparación militar encuadrada inicialmente en el organigrama falangista y dirigida inicialmente por el Capitán Pinilla (descendiente del defensor de Gijón en la guerra) y el Padre Llanos (jesuita que acabaría pasándose a las filas comunistas).

Esta academia acabó siendo prohibida por el Ministerio del Ejército al detectar en ella algo más que peculiaridades desviaciones y compromisos entre los alumnos. Curiosamente, la mayoría de los “Forja” acabaron en las filas de los servicios de información e imbricados en la Unión Militar Democrática (UMD).Tras la aprobación en 1974 del Estatuto Jurídico del Derecho de Asociación Política, GODSA se constituyó como una sociedad anónima mercantil que tenía como fines elaborar estudios, programas y proyectos de carácter político, económico y social. Inicialmente los mismos sirvieron de base para el nacimiento de la asociación denominada “Reforma Democrática”, germen de “Coalición Democrática”, “Alianza Popular” y, tras varias escisiones y absorciones, en el actual “Partido Popular”.

GODSA no era poca cosa, puesto que realizó, entre otros “estudios”, un borrador para el discurso de la Coronación del Rey, el protocolo del entierro de Franco y el de la coronación de Juan Carlos, y otros que ayudaron a Fraga y Carlos Mendo para fundar el diario El País. Carlos Argos, Gabriel Cisneros, Jorge Verstrynge, Antonio Cortina (hermano de José Luis), entre los civiles, y Calderón (luego general y director del CSID), Ruiz Platero, Antonio Cortina, Ortuño, entre los militares (todos “Forja” y “del Alto”, formaban parte de la plantilla del “grupo de pensadores” establecidos en el número 39 de la calle de Los Artistas (Madrid).

El fundador y jefe del SECED hasta el asesinato del Presidente del Gobierno Carrero Blanco, el Comandante San Martín, escribió que Gutiérrez Mellado visitó en varias ocasiones a Fraga en GODSA. Calderón y Ortuño llegaron a Tenientes Generales. No obstante ese importante peso militar entre los cerebros que hicieron los primeros mimbres del PP, GODSA elaboró para Fraga el “Libro Blanco para la Reforma Democrática (1976)”, el cual sugería que habría que devolver Ceuta y Melilla a Marruecos. Y el propio Fraga llegó a decirlo en el teatro Florida de Algeciras.Todo este moderantismo e internacionalismo llevaron de la mano a Fraga, además de personajes igualmente inclinados a relacionarse con élites más o menos encubiertas, tales como Pío Cabanillas, Martín Villa y Rosón, integrarse en el Club Bilderberg, uno de los organismos de lo que Padre Guerra y Ricardo de la Cierva llaman la masonería “invisible”, asistiendo a la reunión de 1979 en Torquay (Cornualles). y siendo en 1989 su anfitrión, como presidente de la comunidad, en La Toja.

Dice Pilar Urbano en su último libro que Bilderberg es una creación de David Rockefeller para “dirigir los asuntos de defensa”, mientras que la Trilateral se encarga de la economía y el CFR de la política; en apoyo de sus palabras aporta documentos reveladores, tales como el que firma Kissinger desde el Departamento de Estado y Defensa Norteamericano y por el que se ordena al Consejo de Seguridad Nacional, a la CIA, entre otros organismos, para que fueran enviados al Comité de Dirección del Club Bilderberg.

En concordancia con todo ello, hay que recordar que dijo de Fraga que se hizo masón en su etapa de Embajador en Londres. Conviene también tener presente, siendo una de las misiones de los Ejércitos la defensa de la integridad territorial de España, que Fraga fue uno de los “padres” de una Constitución que, con la insidia de las “nacionalidades” y el desarrollo autonomista (en España actualmente no hay uno sino 17 estados en toda regla), ha puesto las bases de una situación de secesionismo gravísima. A ello a añadido, personalmente, su peculiar granito de arena “galleguizando” Galicia, no tanto por “traducción” de los topónimos como por los graves problemas de enseñanza y separatismo que ha acarreado su mandato.

En fin, que aunque incluso algún obispo quiera santificarle (el de Oviedo y el de Madrid incluso alaban su ejecutoria católica, siendo así que siempre defendió públicamente la ley del aborto, “moderado”, por supuesto), hay muchos aspectos enormemente negativos en su actividad pública, y no son de los menores los de la Defensa.

*El ‘Colectivo Alborán’ lo forman un grupo de altos mandos del Ejército español, retirados y en activo, que cuentan con una amplísima experiencia militar y un rico bagaje curricular.