L.R.- La trama de los ERE ha marcado la legislatura. Los sucesivos capítulos de fraude que se han ido conociendo del caso que instruye la juez Mercedes Alaya han puesto al presidente andaluz sobre una montaña rusa. Una treintena de imputados, entre ellos el ex director general que acuñó la frase del «fondo de reptiles» y un ex consejero de Empleo. Entre los intrusos hay suegras, mujeres y cuñados de dirigentes socialistas. Mil millones librados opacamente, quebrantando el procedimiento administrativo y sin control final del dinero. El chófer del que manejaba el «fondo de reptiles», gastando parte de los 1,3 millones que recibió en subvenciones –según él mismo ha declarado– en copas, fiestas y cocaína.

Pese a la gravedad de los hechos – «el mayor escándalo en la historia democrática de Andalucía», según Javier Arenas–, el presidente de la Junta ni siquiera pronunció la palabra ERE en su primera intervención de balance de legislatura. Se refirió a la corrupción como un «problema común de todas las administraciones públicas» y se vanaglorió de que «ni un alto cargo público ha sido sancionado por irregularidades en fondos públicos» en los treinta años que lleva gobernando en Andalucía el Partido Socialista.

Se parapetó Griñán en el discurso que lleva esgrimiendo su Ejecutivo desde que estalló el escándalo en los primeros meses de 2010. La Junta –argumentó– «ha tomado la iniciativa denunciando el caso, investigando» y colaborando con el juzgado, poniendo a su disposición toda la información requerida. «No distinguimos –le reprochó al PP– entre los corruptos de un partido y otro».

El líder del PP-A sí entró con toda la munición en su primer turno. Preguntó «cuántos y quiénes» han sido los beneficiarios directos de los entre 150 y 200 millones que se han podido llevar los comisionistas. «¿Por qué tiró a la papelera los informes de la Intervención General –remitidos a Griñán como consejero de Economía y Hacienda, aunque ha alegado que nunca los llegó a leer, y que apuntaban que la Junta estaba «presciendiendo de forma total y absoluta del procedimiento administrativo establecido»–?, «¿por qué le ha dado carpetazo a los ERE muertos?».

«No había control ‘a posteriori’ de las ayudas», «algunas órdenes de pago se ordenaron con un simple posit» y, «para colmo», abundó Arenas, los fondos se incrementaron –algunas propuestas se elevaron al Consejo de Gobierno a propuestas del propio Griñán– en 124 millones de euros. «Entiendo que no quiera hablar de los ERE, pero los ERE sí hablan de usted y no precisamente bien», deslizó el dirigente popular, quien reprochó también al presidente andaluz que la mayoría socialista haya tumbado en la Cámara hasta diez comisiones de investigación sobre la trama de los ERE fraudulenta apoyadas la mayoría por PP e IU. «No son víctimas, sino los protagonistas del mayor escándalo de corrupción de Andalucía».

El presidente andaluz se defendió de las acusaciones sobre los reiterados informes de la Intervención –que no le llegaron, según la versión oficial, porque su viceconsejera no los consideró relevantes– señalando que no advertían «ninguna ilegalidad», de ahí que no se elevara un informe de actuación. La temperatura se disparó cuando Griñán tiró de hemeroteca para recordar que Arenas había alabado en alguna ocasión a Camps, a Luis Bárcenas o al ex alcalde encarcelado por la «Operación Poniente» Juan Enciso. «¿Le he hablado yo del GAL, de Filesa? Nunca. Pero sí del caso de los ERE, porque es mi responsabilidad. Se trata de 1.000 millones de euros», replicó Arenas. Entre tanto, Griñán sacó a colación que el Garzón esté sentado en el banquillo por las escuchas de la Gürtel y Arenas recordó que el PSOE apoyó el intento de recusación de la juez de los ERE.

Twitter irrumpe en el «careo» en un debate 2.0

Que la política se nutre ya de las redes sociales y viceversa quedó ayer plasmado en el debate del Parlamento andaluz. Durante uno de sus turnos de palabra, el presidente José Antonio Griñán afeó al líder de la oposición, Javier Arenas, uno de sus «tuits» en el que afirmaba que Andalucía estaba en bancarrota. La réplica del popular dio a entender que no había sido el autor de los polémicos 140 caracteres y escurrió: «El señor Griñán ha escrito 19 ‘tuits’ desde que estamos aquí». Los asesores del presidente se apresuraron a aclarar que se había advertido en el perfil que «tuitearía» su equipo durante el debate, informa N. A. Castelló.