Un joven indonesio puede ser condenado a cinco años de cárcel por robar las sandalias de un policía
Sandalias, chanclas, y no nuevas sino muy gastadas, son desde hace unos días el nuevo símbolo de los indonesios, de los más pobres de Indonesia. La gente coloca sus gastadas zapatillas ante las comisarias de Policía. Con este gesto quieren conseguir el perdón para el joven que cogió sin permiso unas “viejas sandalias” que estaban a la puerta de una pensión, pero tuvo la mala suerte de que esas chanclas pertenecían a un policía.
Agente que le persiguió hasta detenerle y junto a otros dos agentes además de interrogarle le dieron al joven una paliza. Desde entonces se encuentra en prisión. Ha pasado ya por una vista oral, este jueves volverá al juzgado y puede ser condenado a cinco años de cárcel como si hubiera cometido un grave hurto. Esa misma condena es la que reciben en Indonesia vendedores de droga, violadores o algunos terroristas.
El chico, de tan sólo 15 años, regresaba a casa junto a sus amigos y cogió las viejas chanclas que estaban a la puerta de una pensión. Lo que no sabía el chico, al que la Policía le denomina Al, que esas sandalias pertenencían a un policía que no estaba dispuesto a perder sus gastadas zapatillas.
Los indonesios creen que se está cometiendo un grave error e injusticia con el chico por ello piden su libertad a cambio de entregar sandalias a la Policía ya que todo el problema se originó con unas viejas chanclas. Con ello quieren que el policia, el dueño de las sandalias robadas, se sienta compensado.
Los indonesios aseguran que “sienten empatía con el adolescente, mis vecinos también donaron sus sandalias usadas, incluso algunos las compran nuevas para dejarlas en la Comisaria”.
Otros se preguntan “¿Dónde está la justicia para la gente pobre? Algunos por robar un puñado de maíz van a la cárcel pero nada se les hace a los políticos que roban el dinero del pueblo, a los corruptos”.
Por ello con la rebelión de las sandalias, los indonesios quieren que haya justicia de igualdad para todas las personas.