El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, defendió ayer el perfil jurídico de la nueva cúpula de su Departamento fijando como objetivos prioritarios el conocimiento y aplicación de la legalidad como garantía de paz social, así como la lucha contra el crimen transnacional, principalmente el terrorismo y el crimen organizado. Así lo explicó en la toma de posesión de hasta ocho altos cargos del Ministerio del Interior, encabezados por el nuevo secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa, y los directores generales de la Policía y la Guardia Civil, Ignacio Cosidó y Arsenio Fernández de Mesa, respectivamente.

El ministro hizo especial hincapié en la lucha contra el crimen internacional: «El Ministerio del Interior debe contar con una imprescindible dimensión internacional. No acertaríamos si no fuésemos capaces de advertir que la globalización tiene también una cara siniestra en el ámbito de la criminalidad, desde el terrorismo hasta el tráfico de drogas». Y, como era de esperar, en su intervención no faltaron las víctimas del terrorismo, quienes, según Fernández, constituyen «evidentemente otra de las inequívocas prioridades». En este sentido, subrayó que «no habrá un solo día en el que el equipo de este Ministerio deje de honrar y recordar su memoria. Quiero que quede claro en este acto solemne que en su dolor todos reconocemos nuestra dignidad como ciudadanos».

Ya por la tarde, en Barcelona, Jorge Fernández demostró que tiene buena memoria. Porque además de nombrar a casi todos los cargos públicos que acompañaron a Llanos de Luna en su toma de posesión como delegada del Gobierno en Cataluña, en el primer discurso que ofreció en Barcelona, tras haber jurado el cargo de ministro, recordó una promesa que hizo en campaña, la de endurecer el Código Penal contra la multirreincidencia. Fernández avanzó que ya ha mantenido conversaciones con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, para reformar lo antes posible el Código Penal con el fin de «tratar de forma adecuada» la multirreincidencia. El ministro lo avisó en campaña: «En nuestra sociedad no tienen cabida aquellas personas que han hecho del delito una forma de vida». Y ayer incidió en que una de las prioridades legislativas del recién estrenado Ejecutivo será atacar la multirreincidencia para «proteger los derechos y las libertades». Una de las cifras que Fernández recuerda para avalar la reforma del Código Penal es la de que sólo en 2010 se detuvieron en Barcelona a más de 4.400 delincuentes que habían sido arrestados con anterioridad y que de éstos, 182 fueron detenidos un mínimo de diez veces.

La reforma del Código Penal, según avanzó en campaña, iría acompañada de una modificación de la Ley de Extranjería de manera que aquellos inmigrantes que «hayan hecho de la delincuencia su modo de vida» sean expulsados, aunque estén en España de forma legal. Al margen de reformar leyes, Fernández trasladó un mensaje a los cuerpos de seguridad, Mossos d’Esquadra, Policía Nacional y Guardia Urbana presentes en el acto, que colaboren para garantizar la paz social.