Soraya deja a su hijo recién nacido con la ‘baby-sitter’ y promete esfuerzo, humildad y diálogo
Sólo unos días después de dar a luz y anteponiendo su ambición política al instinto maternal, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, ha tomado posesión hoy de su cargo y lo ha hecho, según precisó, con “ganas y humildad” y para trabajar con “tesón y esfuerzo” y sabiendo que tienen una “responsabilidad histórica”. En su discurso prometió moderación, diálogo con todas las fuerzas políticas y la sociedad y coordinación del Gobierno en la lucha contra el paro.
Acompañada del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, del presidente del Senado, Pío García Escudero, de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal y de numerosos miembros del nuevo Ejecutivo, entre los que estaban el ministro de Industria, José Manuel Soria, el titular de Interior, Jorge Fernández-Díaz, la ministra de Fomento, Ana Pastor, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez o el de Exteriores, José Manuel García Margallo, además de compañeros de escaño, como el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso. Asimismo, estaban presentes el director del CNI Luis Sanz Roldán, departamento que pasa a depender de Presidencia, y la líder del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho.
Tras recibir la cartera del ya exministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, Sáenz de Santamaría quiso agradecer al presidente del Gobierno su “confianza” y recordar hoy como también recordará “muchos días” los mejores consejos que ha recibido en política. “Asumo los mejores consejos que él me dio y este cargo, con sentido del deber, con sentido común y con cierto sentido de la deportividad que siempre dice el presidente del Gobierno que hay que tener”, precisó.
La vicepresidenta primera recordó que hace once años había llegado a este mismo Ministerio con “mucha ilusión y muchas ganas”, por lo que conoce a los trabajadores, ya que fue uno de ellos. “Hoy vuelvo a serlo”, apostilló y recordó que se trata trabajadores “leales y comprometidos”. “Hoy vuelvo al Ministerio con mucha ilusión, todavía mas ganas y mucha humildad”, recalcó al tiempo que adelantaba que agradecerá la “lealtad” y también la “crítica” cuando se equivoque porque dijo estar segura de que “habrá equivocaciones” y es mucho mejor “paliarlas cuanto antes”. Hubo un momento en su discurso que estuvo a punto de emocionarse recordando, según explicó después, a Francisco Villar, su mentor fallecido durante la campaña electoral.
La vicepresidenta se comprometió a llevar la tarea en el “mejor de los ambientes y con la mejor de las disposiciones” y recordó que estos días, en la calle, los ciudadanos que encontraba le decían lo mismo: “tenemos las esperanzas puestas en vosotros y no nos defraudéis”.
Esta mujer, Soraya Sáenz de Santamaría, tiene de todo menos humildad. Si tuviera humildad, mo dejaría a su hijo recién nacido de lado (sus primeros meses pasarán para siempre), la oportunidad de ser vicepresidenta, no.
Estra mujer es todo maldita ambición. No puede hablar de humildad.