La masacre del miércoles en Lieja pudo tener su prólogo en diciembre de hace dos años, cuando la Policía judicial belga detuvo a 14 miembros de la red terrorista Al Qaeda, uno de los cuáles parecía estar listo para cometer un atentado suicida.

La detención se produjo a pocas horas del arranque de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas.

Tres terroristas llegaron al país procedentes de Afganistán y al menos uno recibió ‘luz verde’ para cometer un atentado después de que éste se hubiera despedido de sus seres queridos (algo que hace presuponer que su objetivo era cometer un atentado suicida). Los 14 detenidos tenían conexiones con la red belga de Al Qaeda, según informaron los medios locales.

El fiscal federal belga, Johan Delmulle, aseguró entonces que la operación para cometer un atentado “guarda relación con el hecho de que la Cumbre Europea se desarrolla en estos momentos en Bruselas” y, por tanto, “no ha habido evidentemente otra alternativa que intervenir hoy” para proceder a los arrestos en los que han participado 242 policías que han impulsado 16 operaciones en Bruselas y uno en Lieja, ciudad ubicada en el noreste del país.

“No sabemos dónde estaba previsto cometer el atentado, podría tratarse de una operación en Pakistán o en Afganistán, pero no se puede excluir totalmente que Bélgica o Europa pudieran haber sido el objetivo”, explicó en declaraciones a los medios el fiscal federal belga, Johan Delmulle.

Sin embargo, según informó la cadena belga VTM, que citó fuentes conocedoras de la investigación, las detenciones estuvieron ligadas a la extradición del terrorista islamista tunecino Nizar Trabelsi, condenado en Bélgica a 10 años de prisión en 2004 por haber participado en la preparación de un atentado contra una base militar del país, y cuya extradición solicitó Estados Unidos por considerar que está detrás de “actividades más amplias” de Al Qaeda.