Ceuta y Melilla, hipermercados del hachís y del blanqueo de dinero
Las ciudades autonómicas de Ceuta y Melilla, fronterizas con el Reino de Marruecos, se han convertido en grandes hipermercados del trafico de hachís y de blanqueo del dinero. En los tres últimos años el cultivo y la exportación del hachís marroquí se ha duplicado. La incautación de varias toneladas de droga en las últimas semanas y la desarticulación hace unos meses de una importante red de blanqueo de capitales en Melilla han puesto de manifiesto la dimensión de una plaga que sigue creciendo, y que tiene como núcleo principal de producción a la región de El Rif.
Desde la llegada al trono de Mohamed VI la producción de hachís en Marruecos ha crecido espectacularmente. La superficie dedicada a las plantaciones ha superado las 100.000 hectáreas, y la producción rebasa las 2.000 toneladas. La desarticulación de un grupo vasco-marroquí dedicado al tráfico de estupefacientes, con la incautación de dos toneladas y media de hachís, y el descubrimiento de una importante red de blanqueo de dinero con la detención de un diputado autonómico del partido musulmán Coalición por Melilla (CpM), pusieron de manifiesto el papel de Marruecos como primer suministrador de cannabis a Europa, y la utilización de Ceuta y Melilla como «puertas abiertas» hacia el viejo continente.
El Rif, región tradicional del cultivo de hachís, es una región montañosa muy accidentada, con alturas medias superiores a los 500 metros. Se extiende en una superficie de 20.000 kilómetros cuadrados y comprende las provincias del norte de Marruecos, Tetuán, Alhucemas, Chauen y Nador. Es precisamente esta región la de mayor densidad demográfica, con 130 habitantes por kilómetro cuadrado, de los que el 80 por ciento viven en zonas rurales. En los últimos tres decenios la población ha aumentado un 250 por ciento. La tasa de crecimiento en el Rif es de 3,6 por ciento y la media de progenitura por familia se sitúa en 7 niños.
El Rif y la emigración
En contra de lo que se puede pensar, el Rif, que ha sido una zona históricamente generadora de emigración, es hoy en Marruecos una de las pocas regiones que atrae mano de obra. Una gran cantidad de marroquíes de todo el país se dirigen a la zona norte en el momento de la cosecha de hachís. Las superficies dedicadas al cultivo de la droga aumentan cada año. El Ministerio de Agricultura marroquí, bajo la apelación de «cultivos industriales», lo estima entre 65.000 y 74.000 hectáreas. El año pasado, el propio Ministerio de Agricultura marroquí daba ya la cifra de 100.000 hectáreas dedicadas a este cultivo.
Las cantidades de droga producidas y destinadas esencialmente al mercado exterior variaron también en proporciones similares, aunque las cifras varían según los organismos encargados de su control. Para el Observatorio Geopolítico de Drogas, con sede en París, la producción se sitúa entre 1.000 y 1.500 toneladas. Fuentes españolas la estiman en 1.750 toneladas. Y el Departamento de Estado norteamericano la eleva hasta 2.000 toneladas. De cualquier manera las incautaciones de hachís y derivados, procedentes en un 90% del país magrebí según estimaciones de la Interpol, muestran igualmente un aumento regular. La Organización Mundial de Aduanas y la Organización Internacional de Control de Estupefacientes estiman la parte marroquí en las incautaciones realizadas en Europa entre un 70 y un 80 por ciento. Por ejemplo, en 2009, de las 693 toneladas de hierba incautadas por los servicios antidroga en Europa, el 89 por ciento procedía de Marruecos (600 toneladas). A lo que hay que sumar las incautaciones realizadas en el mismo Marruecos, que en 1999 por ejemplo fueron de 44 toneladas y en 2000 de 102 toneladas. Tan sólo en España, las incautaciones pasaron de 297 toneladas en 1997 a 400 en 2009.
La extensión de las zonas de producción de hachís
Durante el reinado de Mohamed VI, el cultivo de hachís no sólo no se ha reducido ni parado, sino que ha aumentado en cantidad y superficie. Los organismos internacionales encargados del control de drogas han observado que a las «regiones tradicionales» del Rif central, se han añadido paulatinamente otras zonas. En los años 80 la producción se extendió a la provincia de Chauen.
En 2009 los cultivos alcanzaron las municipalidades de Mokrisset y Zumi, y mas recientemente se han extendido a las provincias de Tetuán al norte, Larache al oeste y Sidi Kacem al sur. Otras fuentes hablan de la extensión de los cultivos a provincias mas al sur, Taza, El Yadida, Beni Melall e incluso Agadir.
La política preconizada por la Unión Europea y aceptada en un principio por el Reino de Marruecos de reconversión de los cultivos de droga en cultivos agrícolas rentables ha sido un auténtico fracaso. El rendimiento anual por hectárea de la producción de cannabis difiere según las fuentes, pero se sitúa entre 4.500 euros y 18.000 euros, llegando incluso a 30.000 euros en condiciones óptimas. El mas rentable de todos los cultivos alternativos es la higuera, que alcanza un rendimiento de 2.350 euros.
que cierren la valla de una vez, que vuelvan a llenar de españoles ceuta y melilla y tiren las chabolas marroquís!!!