Convivir con los suegros supone «daños al espíritu», según un juez
Una mujer cobrará una indemnización de 2.500 pesos argentinos por haber tenido que convivir con los padres de su marido durante ocho años. Un juez de Mendoza, ciudad donde reside la familia, ha considerado que la conviviencia con los suegros, producto de la frustración de no poder comprarse su vivienda, supone un “daño al espíritu”.
Pero la demandada no era su suegra, quien deberá pagar la suma de dinero es la profesional que orientó mal a la mujer sobre la compra de una vivienda. Por ese error de asesoramiento, la damnificada nunca pudo acceder al inmueble y encima perdió el dinero.
El fallo, según publica Infobae.com, sostiene que la demandante “convive con un grupo familiar de tres generaciones, lo que demuestra su necesidad de contar con una vivienda justifica la reparación por el daño moral”.