La sombra de Marta del Castillo sobrevuela Córdoba
La Policía pone toda la carne en el asador en los inicios de la investigación por la desaparición de los dos hermanos de Córdoba con la lógica preocupación de evitar los errores que se pudieron cometer en el caso de Marta del Castillo. Lo reconocen así fuentes del Cuerpo. Prueba de ello es que el principal sospechoso a estas horas, el padre, continúa sin ser detenido. “Está controlado y custodiado en todo momento pero se quiere tener datos incuestionables o una declaración sólida antes de dar ese paso”, según los investigadores. (Nada que ver con lo que ocurrió con la joven sevillana desaparecida en 2009).
El hermetismo es la divisa de la investigación en la que trabaja uno de los responsables policiales que ya buscó a Marta, el comisario Manuel Piedrabuena, toda una institución en el CNP.
Fuentes con acceso directo a los operativos nos cuentan que varios de los huesos encontrados en una finca de la familia paterna no son humanos, son de animales. De hecho la familia se dedicaba a la cría de mastines. Sin embargo “hay dudas sobre uno de esos huesos”, dicen nuestras fuentes, y se mantiene abierta la línea de investigación.
Una antropóloga se ha trasladado desde la comisaría general de policia cientifica en Madrid hasta la zona. La hipótesis más potente en este momento es la desaparición en el río. Antes se les ha buscado en alcantarillas y pozos sin éxito.
El padre sigue en el punto de mira. Su teléfono ha sido rastreado y se intenta cotejar si su declaración sobre los lugares que visitó ese día coinciden con la localización que marcan las antenas de telefonía con las que se conectó su móvil.
Ha estado en tratamiento psiquiatrico. Está incurriendo en contradicciones y su textimonio no resulta creible para los investigadores. Incluso no se tiene claro si los niños llegaron a estar en el parque cordobés en el que asegura que los perdió.