La Feria de agosto ya ilumina toda Málaga
Como no podía ser de otra forma, a las 00.00 horas sonaron las palabras mágicas de boca del pregonero de la semana grande malagueña, Pablo Alborán: «¡Viva la Feria! ¡Viva Málaga!» y un destello de luz salió desde el dique de Levante al cielo para inaugurar la Feria de Agosto 2011.
Pero, desde las diez de la mañana ya había alboranistas en la playa de la Malagueta –se las reconocía fácilmente: camiseta con el lema I love Pablo– y es que el de anoche fue uno de los pregones más esperados en los últimos años. Minutos antes, a las 23.50 de la noche, subía al escenario un joven de 22 años, que asumió con orgullo ser el pregonero de la Feria de Málaga. Este chico malagueño, acostumbrado a pisar los escenarios para cantar, no decepcionó hablando. Su pregón, que derrochó juventud y amor a su tierra, emocionó a las miles y miles de personas que se congregaban en la playa de La Malagueta, para escucharle.
Los diez minutos de gloria de Pablo Alborán, muy nervioso, dieron para mucho anoche. Lagrimas, gritos y vítores interrumpían una y otra vez su discurso. «Te queremos», «Eres el mejor», «Guapo» y un sinfín de adjetivos que gritaron muchas –y muchos– ante el sentido texto declamado por Pablo.
Su emotividad, humildad y cariño estuvieron presentes en cada una de sus palabras; quizás por ello se haya convertido en tan poco tiempo en un artista tan querido y merecedor de ser pregonero de la feria malagueña. No cabían ni un alma anoche en la Malagueta, y aunque con algún fallo de sonido, no defraudó.
«Intento con mis canciones devolver a Málaga lo que Málaga me ha dado», aseguró Pablo en su pregón, el que recordó emocionado sus días de Feria, con su familia, «la euforia entre esos amigos, las ganas de gritar, y de celebrar que éramos libres, que es tanto como decir que éramos malagueños», gritó Pablo, para quien «cantar es una forma de que Málaga esté siempre presente y de que vuelva conmigo».
También se acordó de quienes viven sumidos en la crisis, porque la Feria «no debe hacernos olvidar a las muchas familias que lo están pasando mal en esta crisis», pero «el testimonio de nuestra moral y nuestra solidaridad para que juntos podamos salir de ella, demostrando que los malagueños somos una piña tanto en la alegría como en la tristeza».
Y conminó a Málaga, su «gran familia, la que ha hecho posible el sueño de este malagueño», a disfrutar de ocho días intensos de semana grande. Porque los ciudadanos le dicen «hasta luego» a los problemas, a la crisis, y «hola» a la Feria.
Colores en el cielo, melodías en el aire
Tras el pregón, y durante unos 20 minutos, el cielo de Málaga se llenó de luz y color, y fue el centro de todas las miradas. Al ritmo de On the floor, de Pitbull y Jennifer López; Halo, de Beyoncé, o Firework, de Katy Perry, los malagueños, turistas, forasteros y visitantes que se repartían por todos los puntos de la ciudad para ver el espectáculo, disfrutaron de más de 9.000 efectos pirotécnicos. El espectáculo consistió en el disparo simultáneo de dos castillos de fuegos artificiales iguales desde el Dique de Levante. Y en el instante en que acabaron los fuegos artificiales, el cielo malagueño dejó de ser el centro de atención, para volver las miradas al escenario de La Malagueta, donde Pablo Alborán volvió a subirse, esta vez para cantar. Así, presentó todos los temas de su primer disco. La de anoche fue una de las paradas más importantes dentro de su gira de verano para la cual tiene contratadas más de cuarentas actuaciones. Anoche Málaga se rindió a su pregonero y en la playa no cabían ni un alfiler.