Las crisis agudizan el ingenio y en Texas han aplicado el refrán a la perfección. Este estado del sur de Estados Unidos sufre este verano una de las peores sequías de su historia, lo que ha causado una caída importante de las reservas de agua y hasta un recorte del suministro del 20%.

Ante esta situación, las autoridades han buscado una solución que consiste en reciclar la orina de sus vecinos. En Big Spring, al oeste de Texas, existe una planta de tratamiento de aguas residuales que depura el agua de más de 27.000 personas, las mismas que podrán beneficiarse en breve de esta iniciativa.

La planta tratará las aguas residuales que normalmente desembocan en un río para mezclarla posteriormente con agua potable y hacerla apta para el consumo humano. Este sistema acelera un proceso que se produce de forma natural en pantanos y humedales.

La previsión meteorológica no indica una bajada de las temperaturas en Estados Unidos en los próximas semanas. Según informa Reuters la ola de calor podría llegar a su fin a finales de este mes pero en Texas y su entorno continuarán sufriendo sus consecuencias hasta octubre, señalan los expertos.