Otro morir en el 20-N
Miguel Ángel García Brera.- Si algo se podría destacar de un presidente como José Luis Rodríguez Zapatero, tan penoso en sus maneras, desde que se empeñó en negar la crisis y descuidar la prevención de sus consecuencias; tan ruinoso para España, no sólo en el ámbito económico, sino en el moral imponiendo su modo de pensar sobre el aborto, la píldora postcoital, la independencia de criterio de los menores de edad frente a sus padres, el divorcio exprés, o la denominación de matrimonio para cualquier relación y no, como la propia etimología marca, para la de hombre y mujer, es su obsesión por lo que llama memoria histórica dándole alcance de generalización, sin darse cuenta de que lo que él así denomina no es sino la excrecencia supurante de un poso de rencor surgido en su infancia, que, aún siendo comprensible, una cabeza bien organizada, desaloja de sí tan pronto alcanza madurez de juicio. Y probablemente ha sido debido a ese trauma infantil, al convocar elecciones, consciente, inconsciente o subliminalmente, haber elegido la fecha del 20-N; una fecha franquista sobre la que no cabe manipulación ni discusión alguna. Franco bueno, malo o mediopensionista, salvador, autoritario, totalitario, o lo que cada cual piense, murió el 20-N y eso es tajante y sin posibilidad de que alguien mantenga otra cosa. Parece claro que, psicológicamente, Zapatero, ha dejado al descubierto su obsesión respecto de un pasado guerracivilista -que todos teníamos ya enterrado, antes de ser reavivado durante su mandato-, al convocar elecciones para el mismo día en que ocurrió el deceso del anterior Jefe del Estado.
Con las próxima elecciones finará Zapatero como presidente del Gobierno, al no ser ya ni siquiera candidato, y, no cabe pensar en una casualidad el que haya decidido hacerlo, -tras ocupar el mismo cargo que Franco mantuvo muchos años, antes de cederlo a Carrero Blanco-, en la misma fecha de defunción del General.
De lo que si estoy seguro es de que ZP, con la elección de la fecha electoral, acaba de dar enorme fuerza al 20-N, ya que, en adelante, si algunos seguirán conmemorando anualmente, con sentimiento, la muerte física de un Jefe de Estado y de Gobierno, serán muy pocos los españoles que no conmemoren, con alegría, el haberse librado del peor presidente de la democracia.
¿empezarán a decir, en la campaña electoral para las elecciones del 20- N, que “Rajoy es gallego como Franco”?
ES LÓGICO QUE ZP LE TENGA CIERTO AGRADECIMIENTO A FRANCO, PUES SU ABUELO CHUPÓ DE ESTE RÉGIMEN.