Josep Antón Ortiz/Remitido.- Amigos de AD, nueva trifulca de la poblacion inmigrante del Barri Antic de Lleida contra la Guardia Urbana. En la primera ocasion eran unos cincuenta y ahora el número ha aumentado a setenta. Y creo que no acabará aquí la cosa.

Pero vayamos al problema, ¿por qué suceden estos actos y quién, voluntaria o involuntariamente, los ha originado? Sin ninguna duda, el culpable de todo esto son y han sido los gobiernos tando del PartidoPopular primero como ahora del Partido Socialista, avalados uno y otro por los nacionalistas de CiU, al no aprobar una ley de extranjería mucho más rigurosa que la que hay. Si no la sacan, que al menos hagan que se cumpla la que hay. Pues tampoco.

Estas personas inmigrantes que se han amotinado contra las fuerzas del orden son personas sin trabajo y sin papeles en un 20 por ciento. Es decir, que se hallan ilegalmente en nuestro país a pesar de que la concejala responsable de la seguridad de la ciudad, Sara Mestres, diga que tan sólo el 6 por ciento de los detenidos por los actos de violencia callejera están sin papeles. De nuevo la casta camuflando la realidad.

Ella sabe mejor que yo cuál es el verdadero porcentaje de ilegales que hay en el barrio. Sabe también que al, no tener trabajo, no pueden acceder a un empleo, ni a una vivienda, ni tampoco a las ayudas sociales. Evidentemente, esa gente necesita una vivienda y una subsistencia mínima. Por eso entran a formar parte de los únicos ‘gremios laborales’ donde no se exige a sus miembros que tengan papeles: la prostitución y la venta de drogas.

Si analizamos bien este asunto, esta gente ha sido víctima de un sistema que ha sido incapaz de hacer las cosas bien desde un principio, lo que hubiera evitado los disturbios que ahora padecemos. Cuando hablo de hacer las cosas bien me refiero al cumplimiento a rajatabla de la ley de inmigración y, por consiguiente, la expulsión a sus países de todos esos indocumentados que malviven en las calles y pasan su tiempo cometiendo atrocidades de todo tipo.

Como la casta política no va a cambiar la ley de extranjería, le pido que al menos cumpla la que hay ahora y que ordena la repatriación a su país de origen de cualquier persona ilegal. La casta prefiere ahorrarse el mal trago, porque vive confortablemente en zonas residenciales donde no se sufre esta verdadera pandemia ciudadana. Por consiguiente, otra vez son los sencillos ciudadanos los que sufren los embates de la inseguridad ciudadana en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.

Señorías, el buenismo no nos está llevando a nada bueno, y a las pruebas me remito. Diría más, ese buenismo está siendo a costa de la seguridad y de las vidas de la gente autóctona de este país; los españoles honrados que pagan sus impuestos para estar mejor representados de lo que están. En las cárceles españolas, más del 50% de los reclusos son inmigrantes, ilegales en su mayoría. ¿Qué otro ejemplo necesitan ustedes? ¿Acaso están ciegos? Si ustedes son incapaces de aplicar las leyes, dejen paso a los que sí sabrían como hacerlo. La solución tampoco pasa por incrementar la presencia policial, sino por endurecer las penas a los delincuentes, tanto a los traficantes de la calle como a las mafias que los controlan.

Ustedes saben que el delincuente que hoy es detenido, mañana está otra vez en la calle delinquiendo. Sería para reir si las consecuencias no fuesen tan trágicas. Sobre todo para los ciudadanos decentes que afrontan ejemplarmente sus obligaciones impositivas para, entre otras cosas, tener una ciudad y unas calles seguras.

*Delegat comarcal del Segrià de Plataforma per Catalunya (PxC).