Mariano Rajoy incide en el adelanto electoral para poner fin «a este calvario»
Mariano Rajoy ha cumplido con el guión previsto y ha dedicado la práctica totalidad de su primera intervención en el Debate del estado de la Nación a pedir elecciones anticipadas y ha lamentado, especialmente, que el presidente del Gobierno no le hiciese caso cuando hace un año le hizo esta misma reclamación, porque según sus datos en estos últimos doce meses se han generado “mil nuevos parados al día”.
El líder del PP ha apostillado que Zapatero debió dejarlo en 2010, con más de cuatro millones y medio de parados. “Ahora que supera los cinco millones, qué se puede decir”, ha remachado.
Rajoy ha rechazado de plano la justificación que esgrime el presidente del Ejecutivo socialista para agotar las legislatura, en relación a la necesidad de acabar las reformas que España necesita. El jefe del principal partido de la oposición no ha dudado en vaticinar que Zapatero no realizará esta tarea, entre otras cuestiones porque nunca “ha creído en las reformas”. También ha negado que un adelanto electoral perjudique a estos procesos de transformación , “sino todo lo contrario”.
El dirigente ‘popular’ ha incidido en que lo que reclaman los españoles es que se “abran las urnas” para que los ciudadanos puedan escoger “no tanto quien les gobierna, sino a quién trasladan esa confianza que este gobierno ha malgastado”.
Genera desconfianza
En esa única línea argumental, que sólo ha roto para transmitirle el pésame a las familias de los dos soldados fallecidos en Afganistan, ha aseverado que “unos pocos meses”, en alusión a que las elecciones están convocadas en marzo y sólo se podrían adelantar a noviembre, marcan la frontera entre el “¡ya está bien! que claman los españoles” al “todavía no” que responde el presidente del Gobierno.
Rajoy le ha espetado a Zapatero que ya sólo le “ampara la ley” para no convocar elecciones, porque “no cuenta con la confianza de la sociedad y porque gobierna contra los deseos de la mayoría de los españoles”.
Zapatero: «Comprendo la impaciencia por ver el final del túnel, pero eso no me ha llevado nunca a dudar del rumbo elegido»
Ni un solo anuncio novedoso. Era lo previsto y así ha sido. José Luis Rodríguez Zapatero se ha limitado a explicar una vez más su programa de reformas -ya planteado en el debate sobre el estado de la nación del año 2010- y ha defendido que necesita tiempo para terminarlo y completarlo con nuevas iniciativas que responden a “compromisos ya asumidos”. “Comprendo la impaciencia por ver el final del túnel; la comprendo porque siento esa impaciencia todos y cada uno de los días -ha dicho- pero eso no me ha llevado nunca a dudar del rumbo elegido”.
En su último debate, después de once años como líder del PSOE, Zapatero ha insistido así en que es preciso agotar la legislatura, en contra del criterio del principal partido de la oposición, porque hay “tarea más que suficiente” para los meses que quedan. Entre las iniciativas pendientes, ninguna de relumbrón: una nueva regulación del silencio administrativo para convertirlo en positivo en algunos procedimientos,normas para incrementar la seguridad jurídica en el tráfico inmobiliario o nuevas medidas a favor de los emprendedores y “para aliviar la morosidad que padecen” las Pymes y autónomos ante las entidades locales.
La más destacada por su equipo de comunicación queda algo desdibujada por la falta de concreción. Zapatero ha prometido nuevas medidas para “proteger” a aquellas personas que no pueden hacer frente al pago de su hipoteca. Medidas, ha dicho, que serán “compatibles con los imperativos de seguridad jurídica y de solvencia de las entidades prestatarias”, pero de las que no ha ofrecido más detalles.
Esta es una vieja reivindicación de algunas fuerzas parlamentarias como ERC, IU e ICV y también una demanda del movimiento 15-M, para quien ha habido igualmente unas palabras. El jefe del Ejecutivo ha admitido que “nuestra democracia es perfectible” y que las “protestas y demandas realizadas al amparo de derechos democráticos” forman parte de la “fisiología y no de la patología” del modelo de convivencia de la democracia española. “Reivindican el valor de la política”, ha asegurado.
Improvisada despedida
El presidente del Gobierno también ha vuelto a hacer referencia a la necesidad de hacer un “esfuerzo colectivo” y mejorar la “colaboración institucional” y ha reiterado su intención de proponer a las comunidades autónomas en el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera una regla de techo de gasto.
Fuera del guión Zapatero ha improvisado además una despedida. Sus asesores aseguraban que evitaría los momentos emotivos y que no cedería a la nostalgia a pesar de hoy es sin duda un día trascendente para él. Pero para poner el broche a su fría intervención, ha querido agradecer la actitud de todos los grupos que han “colaborado” durante estos años con él y su respeto a quienes han desarrollado su tarea con “responsabilidad” y, sobre todo, ha dedicado unas palabras de afecto al PSOE. “Mi actitud siempre ha sido de respeto a mi país, España”.
Rajoy gobernará -si no hay masacre made in PSOE por medio-, pero sólo porque su oponente ha perdido, de ninguna manera porque el nuevo botarate sirva para algo.
Uno joven, el otro algo mayor, pero ambos igual de idiotas y anormales.