¿A quién no se la ha escapado el dedo cuándo publicaba algo en Facebook y el mensaje ha aparecido en el muro equivocado? ¿Y a quién no se le ha colado un mensaje en Twitter a medias porque ha dado sin querer al botón de publicar antes de tiempo? Lo que en otros casos podría parecer ‘pecata minuta’ ha supuesto un auténtico asunto de Estado en Bélgica. Y es que el primer ministro belga en funciones, Yves Leterme, ha sido acusado de mandar mensaje por las redes sociales a una amante en escenarios tan insólitos como una cumbre de la Unión Europea o del Parlamento de su país. La información, que parte de la revista flamenca ‘Story’, asegura que Leterme se equivocó y escribió de manera accidental, varios ‘tweets’ subidos de tono de forma pública.

“Cucú, M. Estoy en el debate sobre Afganistán en el Consejo de la UE y pienso en nuestros juegecitos”, publicó en la red social, sin importarle que estuviese compartiendo mesa con Berlusconi, Merkel o Zapatero. Este es uno de los muchos mensajes que la despechada amante presentó como prueba de su testimonio a los redactores de ‘Story’. Todo empezó hace un año, cuando en un viaje oficial al Congo, el primer ministro belga en funciones, publicó un mensaje un tanto críptico: “Por supuesto que no. Me gustaría aprender a conocerte, ¿a ti no?”. Este desliz fue borrado rápidamente, al igual que otros tantos ya que ha incurrido en más de una ocasión en este error, que ha costado un quebradero de cabeza a sus asesores que han tenido que esquivar las múltiples interpretaciones.

El listado de estos ‘tweets’ se cierran con algunas frases como “Si te estoy pidiendo demasiado, dímelo, no quisiera acosarte”. Parecía no tener reparos, incluso, en organizar sus encuentros furtivos en la residencia oficial. “Estás de camino? Lo siento prefiero anularla, tengo un problema con mi cita en el Palacio. Ya sabes X”. El director de la publicación, que ya abortó la publicación en una primera ocasión por considerarlo un asunto público, aseguró que esta vez “o lo sacaba a la luz o dimitía”. Además, señaló que Leterme intentó enchufar a su amante en el Ministerio de Exteriores, algo que el primer ministro en funciones se ha apresurado a negar.