Imagen de la rueda de prensa del representante de AI que condenó hoy los controles policiales de inmigrantes.

Nigeria. Pastores musulmanes de la etnia fulani, armados con revólveres, fusiles, metralletas y machetes, asaltaron las viviendas de las localidades de Dogo Na Hauwa, Ratsat y Jeji en las primeras horas de ayer matando a todos los cristianos que encontraban en ellas, principalmente mujeres y niños. Amnistía Internacional no se dio por enterada de los hechos.

Pakistán. Extremistas musulmanes son culpados por los asesinatos de cinco cristianos en el país en menos de una semana. El marcado incremento en estos casos ha creado una nueva llamada renovada por parte de los grupos de vigilancia de derechos humanos para que se dé fin a la ‘ley de blasfemia’. Aministía Internacional ni estuvo ni se le esperó.

Irak. Aumenta considerablemente el temor de la comunidad cristiana en aquel país, luego de que una patrulla de la policía iraquí encontró hace unos días aquí el cuerpo sin vida de un joven cristiano. El cadáver de Ashur Issa Yaqub (de 29 años, casado y padre de tres hijos) estaba horriblemente desfigurado, según declaró a la Agencia Francesa de Prensa el jefe de la policía de la provincia, el mayor general Jamal Taher Bakr. Los asesinos le cortaron casi completamente la cabeza. Ninguna organización defensora de los derechos humanos (Amnistía Internacional incluida) condenó los hechos ni atribuyó los mismos a una peligrosa escalada de cristianofobia en el mundo.

India.- Matan, despedazan a sacerdotes, monjas quemadas vivas, un exterminio de cristianos en la India del que pocos hablan y menos que nadie Amnistía Internacional. La Santa Sede solicitó que la comunidad internacional no quede “con los brazos cruzados”. Los responsables de estos asesinatos son los fundamentalistas hindúes. De nuevo silencio.

Egipto.- Grupos musulmanes quemaron dos iglesias de cristianos coptos en El Cairo, en medio de enfrentamientos sectarios que dejaron al menos 10 muertos y más de 200 heridos. Otra vez la ubicuidad moral de Amnistía Internacional.

Son solo algunos ejemplos del doble talante de la organización que dice trabajar por los derechos humanos en el mundo. Sería mejor que a partir de ahora nos aclarara por qué los rasgamientos de vestiduras ante un control de ilegales en el barrio madrileño de Lavapiés y no ante el asesinato el pasado año de más de mil cristianos en el mundo. Su delito: pertenecer a una religión que no tiene defensores como Amnistía Internacional. Su drama: que los matarifes no sean occidentales, lo que al parecer soterra la imparcialidad de cualquier conciencia progresista.

Denuncias contra la identificación de inmigrantes

La farsa ha continuado hoy. Amnistía Internacional (AI) ha expresado su preocupación (sic) por la proliferación de denuncias contra la identificación de inmigrantes magrebíes y subsaharianos y las redadas por parte de agentes de la Policía, “por su apareciencia étnica o racial”. La organización advierte de que este extremo es “contrario a la ley” y rechazado por Naciones Unidas.

AI ha criticado que los agentes de policía realicen actividades de identificación de personas emigrantes, simplemente por razón de su apariencia étnica o racial.

“Es una preocupación expresada por organismos de Naciones Unidas, y es una práctica que se debe erradicar”, señaló uno de sus portavoces. “No debe haber redadas por motivos raciales, porque”, a su juicio, “lo lógico es que se haga cuando se haya cometido un delito o se de una situación contraria a la ley, pero no para identificar a inmigrantes irregulares”. Le faltó aclarar que, fuera de nuestro democrático entorno, los cristianos no tienen tanta suerte y son literalmente masacrados y asesinados.

Amnistía Internacional propone, tanto al Gobierno de España, como al del resto de comunidades, “compromisos a favor de la lucha contra el racismo y contra la violencia de género, la formación policial en materia de derechos humanos, el respeto de los derechos en los centros de menores, la saluda y la integridad física de menores extranjeros no acompañados o la garantía de derechos económicos, sociales y culturales para todas las personas”.

También propone el impulso efectivo de la educación en materia de derechos humanos, la exigencia del respeto a los derechos humanos en las relaciones con otros países las iniciativa parlamentarias a favor de los derechos humanos o la orientación de la ayuda al desarrollo a la protección de los derechos humanos.