El día de las Fuerzas Armadas vivido en Málaga puede definir a la perfección el grado de corrosión que sufre la institucionalidad española. Autoridades y medios informativos han silenciado un hecho sin precedentes. La policía cargó con saña y dureza contra los cientos de malagueños que acudieron a vitorear a nuestros soldados y que se sintieron razonablemente estafados por un evento que sirvió sólo de escaparate a políticos y funcionarios logreros. Ni hubo desfile ni nada que de lejos se le aproximara. Nadie tuvo la decencia de informar a las decenas de miles de malagueños que se arracimaban en las inmediaciones del paseo del parque, en algunos casos desde altas horas de la madrugada, que el evento supuestamente castrense quedaría reducido a la mínima expresión.

Resultado: Un numeroso grupo de ciudadanos ubicados en la zona del paseo del Parque más cercana a la plaza de la Marina empezó a protestar airadamente por la ausencia de desfile militar.

La indignación surgió cuando estos espectadores, algunos de los cuales llevaban varias horas esperando para ver a los militares y en medio de la calima, se percataron de que la compañía de honores -con soldados de los tres ejércitos y de la Guardia Civil- que había participado en el homenaje a la bandera y a los caídos por España, rompió filas a la altura del Ayuntamiento y no siguieron hacia el centro de la ciudad (algo que no estaba previsto dentro de los actos programados).

Ante esta situación, estas personas empezaron a protestar por la ausencia de desfile, mientras que otros increpaban al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Su indignación la plasmaron en insultos y gritos de «¡fuera, fuera!» a los coches y autobuses en los que las autoridades e invitados se desplazaban a la finca de La Concepción para participar en la recepción oficial ofrecida por el Ayuntamiento.

Miedo

En ese momento, en los autocares incluso se instaló cierto miedo ante lo que pudiera ocurrir por lo que se recomendó a los viajeros que abandonaran las ventanas ante el riesgo de que algún objeto llegara a alcanzar los cristales, según testigos presenciales. Y es que los ciudadanos movieron y desplazaron hacia los vehículos algunas de las vallas situadas en el perímetro de seguridad.

Ante esta situación, agentes de la Policía Nacional y de la Local intervinieron incluso con unidades a caballos, lo que provocó momentos de caos e indignación, aunque, según fuentes consultadas, no hubo que lamentar daños personales. Tras unos minutos parados, los autobuses de la comitiva pudieron continuar su camino.

Medida de austeridad

Los malagueños expresaron su indignación y frustración por el hecho de que no hubiera habido desfile como el que se celebra el Día de la Hispanidad en Madrid. «A los malagueños nos han tomado el pelo», declaró uno de los ciudadanos que presenció lo ocurrido en primera fila.
Desde 2009, el Día de las Fuerzas Armadas solo cuenta con el acto de homenaje a la bandera y a los caídos por España ya que, como medida de austeridad, el Ministerio de Defensa suprimió el desfile terrestre y aéreo. Éste solo se celebra el Día de la Hispanidad, el 12 de octubre, en Madrid, según fuentes consultadas.

Esta circunstancia ha hecho que en Santander (2009), Badajoz (2010) y ahora Málaga -ciudades que han acogido el Día de las Fuerzas Armadas- los ciudadanos no hayan podido presenciar en sus calles el desfile de las distintas unidades de los tres ejércitos y la Guardia Civil, así como del armamento, vehículos y carros de combate.