El seísmo japonés podría costar 60.000 millones en seguros
Una semana después del terremoto de Japón, varios expertos en seguros vinculados a catástrofes naturales hablaron de sus estimaciones acerca de las pérdidas. El modelador de catástrofes EQECAT estimó que las pérdidas totales aseguradas alcanzarán los 12.000 millones de dólares (8.330 millones de euros), mientras que la agencia de modelos de riesgos AIR Worldwide consideró que los gastos asegurados ascenderán a entre 15.000 y 35.000 millones de dólares (10.416 y 23.305 millones de euros). Algunos analistas han sugerido que el coste del terremoto en la industria de los seguros podría ser de más de 60.000 millones de dólares (41.679 millones de euros). Aunque estas estimaciones son por el momento especulaciones, y Allianz y la industria aseguradora opinan que es demasiado pronto para confirmar el total de pérdidas aseguradas.
Las mayores pérdidas financieras en los últimos años se han producido en Estados Unidos. El huracán Katrina en 2005 fue el tercer mayor huracán que ha llegado a este país y la catástrofe natural más cara que nunca hubiese ocurrido, con unas pérdidas para los aseguradores de 62.500 millones de dólares (43.381 millones de euros).
Las catástrofes naturales que se producen en todo el mundo han provocado un incremento de las pérdidas en el sector asegurador por estos fenómenos, según los expertos en riesgos de catástrofes naturales de Allianz. En la primera edición de su Risk Pulse dedicada a estos acontecimientos se constata que el coste medio anual de las reclamaciones de los asegurados por catástrofes naturales se ha multiplicado por ocho desde 1970: desde los 5.000 millones de dólares (3.472 millones de euros) en los 70 y 80 a los más de 40.000 millones de dólares (27.776 millones de euros) en 2010.
La principal razón es el crecimiento económico: aumenta el valor de los inmuebles, se incrementa la densidad de población y la penetración de los seguros se acrecienta, a menudo en zonas de alto riesgo. Según explica Allianz, es una tendencia que se ve intensificada por el rápido crecimiento de algunas economías asiáticas en las regiones propensas a catástrofes. El impacto del cambio climático también debe ser observado de cerca.
EE UU y Europa concentran las pérdidas
La mayoría de las pérdidas aseguradoras de catástrofes se concentran el los EE UU y Europa (60 y 28 por 100 respectivamente). Esto se debe a que las catástrofes naturales tienen un efecto enorme en las zonas con una alta densidad de población y estructuras de gran tamaño, y algunas de las zonas más pobladas del mundo se encuentran en áreas de una gran actividad sísmica o en áreas costeras con riesgos propensos a huracanes e inundaciones.
Los analistas de Allianz también destacan que, durante la pasada década, los terremotos que causaron el máximo número de víctimas no fueron necesariamente los más fuertes. Por ejemplo, el terremoto de 2010 en Haití liberó 500 veces menos energía que el terremoto que afectó a Chile dos meses más tarde, pero causó muchos más daños y víctimas mortales. Los factores que determinan el impacto de un seísmo son complejos e incluyen desde el diseño de la construcción de los edificios y los materiales utilizados, hasta la gravedad de los efectos secundarios del terremoto como tsunamis o incendios, o la falta de preparación.
Las inundaciones en la República Checa, Polonia, Hungría, Eslovaquia y Alemania son otro ejemplo con pocas víctimas mortales pero elevados costes.
Catástrofes recientes en España
El informe de Allianz también explica que las lluvias torrenciales, las inundaciones y las tormentas acompañadas de fuertes vientos (ciclones extratropicales o tempestades ciclónicas atípicas) son las catástrofes naturales más habituales en España, país en el que no ocurren terremotos de grandes magnitudes, según el Instituto Geográfico Nacional. Sin embargo, sí ha tenido y puede tener una actividad sísmica relevante con terremotos de magnitudes inferiores a 7.0, pero capaces de generar daños muy graves.
En el año 2009, por ejemplo, el norte de España y Francia sufrieron el azote del ciclón Klaus. Produjo daños por más de 470 millones de euros en España y se registraron más de 270.000 siniestros, según la Memoria del Consorcio de Compensación de Seguros de 2009. En 2010, el ciclón Xynthia también afectó Francia y el norte de la Península Ibérica, causando numerosos daños materiales y 61 víctimas mortales en Europa, tres de las cuales en España.
Para minimizar los efectos de las catástrofes naturales, ya sean terremotos, inundaciones o fuertes tormentas, Allianz considera que la preparación y la prevención son la clave. Utilizar los materiales de construcción adecuados para resistir fuertes vientos y lluvias y construir en zonas sin riesgo de inundación es muy importante para disminuir los daños.