La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, ha reconocido que ella “también” hace teatro, “en el Parlamento y el Senado, depende del día”, en el marco del discurso con el que ha concluido el acto de celebración del Día Mundial del Teatro, que tiene lugar el próximo domingo 27 de marzo.

Sinde ha confesado ante los asistentes que le gusta estar en este acto porque, ha dicho, “sois analógicos y no digitales, de momento, y por eso me gustáis”. Además, ha aplaudido que se sigan aprovechando los espacios para representar obras, y no para construir supermercados “como el DIA”.

Por otro lado, ha destacado que ser productor es “casi tan duro como ser ministra en la era de internet, y es casi tan difícil conseguir distribuidores y programadores como lo es conseguir el apoyo de la oposición en asuntos como la Ley Antidescargas, por poner un ejemplillo”.

Sinde (autora de la comedia Rulos y la obra infantil Prohibido besar) ha indicado que está dispuesta a trabajar por el teatro, “incluso aunque no me rentara ni un solo real”. A su juicio, “no hay profesión más difícil y hermosa” y tampoco “más necesaria” porque, ha indicado, “es democracia, nace con ella y hoy la necesitamos”. “Aunque corréis el riesgo de que algún crítico os quiera quitar el respirador”, ha añadido.

En su discurso, ha destacado que el teatro es un “arma de construcción masiva”, a pesar de los momentos “duros y difíciles” que vive. En este sentido, ha hecho referencia al relato Vida y otras dudas, del escritor Ángel Lertxundi, para destacar cómo la dramaturgia es capaz de “crear un mundo y seducir a los que escuchan”. “Es importante para incorporarse a él desde la infancia, porque ayuda a empezar a caminar por la vida”, ha dicho.

TEATRO: “ARMA PARA LA PAZ”

Durante este acto, que se ha celebrado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, los actores Juan Matute, Natalia Millán y Arturo Querejeta han interpretado los textos dramáticos Recuerdos del tiempo viejo de José Zorrilla, Jugar con fuego, de Francisco Asenjo Barbieri, así como palabras del dramaturgo José María Bonet, respectivamente.

En el discurso escrito por dramaturga ugandesa Jessica Kaahvva, titulado Un discurso a favor del teatro como servicio a la humanidad -leído por los actores presentes- se reivindica el teatro como “herramienta universal para el diálogo, la transformación social y la reforma”, y lo propone para las misiones de paz como una “alternativa espontánea, humana, menos costosa y mucho más poderosa” que el uso de armas.

A su juicio, se presta “poca atención” al teatro como opción para la “transformación y la gestión de conflictos”. “Debemos comenzar por usar medios pacíficos que busquen entender, respetar y reconocer las contribuciones de cada ser humano en el proceso que conduce a la paz”, señala Kaahvva, para quien el teatro es el “mensaje universal” adecuado.

Además, la dramaturga indica que se trata de un “medio probado para abogar e introducir ideas” que la sociedad sostiene de forma colectiva y por las que se desea luchar “cuando son violadas”. En este sentido, indica que a través del teatro muchas almas pueden “deconstruir preconceptos”, por lo que el individuo puede “renacer para hacer elecciones basadas en conocimientos y realidades redescubiertas”.