Un escolar de 13 años propina puñetazos a su profesor por no dejarle entrar en clase
Un niño de 13 años propinó dos puñetazos a un profesor de un instituto de Enseñanza Secundaria en Valencia porque el educador no le dejó regresar a clase para coger su cazadora. La agresión tuvo lugar sobre las 10.45 horas del lunes en el recreo ante varios alumnos.
La víctima logró reducir al menor violento tras sujetarlo por el cuello y le causó una excoriación, lesión que luego esgrimió el adolescente para denunciar a su maestro. Además de los dos puñetazos que recibió en la cara, el profesor sufrió minutos después un intento de agresión por parte del padre del alumno.
Un policía local y el vigilante del instituto impidieron que el educador fuera golpeado por segunda vez al abalanzarse sobre el hombre, que enfureció cuando su hijo le contó una versión muy diferente sobre los hechos.
Según el menor, el maestro le dio «una patada en los genitales» y luego le cogió «fuertemente del cuello» por insistir al profesor para que le dejara entrar en la clase. El motivo de regresar al aula era coger su chaqueta «porque tenía frío», según la denuncia que el padre del alumno presentó en la comisaría de la Policía Nacional de Abastos. «A mi hijo lo han expulsado una semana del colegio sin ningún motivo. Él no hizo nada», afirma la madre del adolescente.
Pero la policía resta credibilidad a la versión del menor tras entrevistarse con los testigos. Además, uno de los puñetazos que presuntamente propinó el alumno rompió una patilla de las gafas del educador.
El padre del escolar también podría ser acusado de un delito de atentado en grado de tentativa por su intento de agresión. Cuando acudió enfurecido al instituto, un policía local y el vigilante del centro intentaron calmar al hombre, que insistió en hablar con el maestro.
El agente y el guardia de seguridad acompañaron al padre a la sala de profesores en un intento de solucionar el conflicto de forma amigable. Creían que el hombre entraría en razón cuando los educadores le explicaran cómo habían ocurrido los hechos. Y que incluso podría pedir perdón por el comportamiento agresivo de su hijo.
Pero nada más lejos de la realidad. El enojado padre comenzó a insultar al profesor e incluso se abalanzó sobre él con el puño levantado. Fueron momentos de gran tensión que presenciaron varios compañeros de la víctima. Los rápidos reflejos del policía y la actuación del vigilante evitaron una segunda agresión.
Tras reducir al hombre y sujetarlo con las manos en la espalda, sacaron al individuo de la sala de los profesores y le recriminaron por su actitud. El padre amenazó también de muerte al maestro antes de abandonar las instalaciones.
El educador agredido necesitó atención médica tras sufrir una crisis de ansiedad. El profesor no asistió ayer a clase al padecer una depresión. «Está muy afectado por todo lo ocurrido. Es una persona que nunca ha tenido problemas en el instituto», asevera un compañero. «Del chico implicado no podemos decir lo mismo. Tiene varios expedientes por no respetar las normas del centro», añade.
El menor violento forma parte de un grupo reducido de alumnos que recibe una atención especial en el instituto debido a su conflictividad. «Estamos muy pendientes de ellos. Hay clases con sólo cuatro o cinco alumnos porque requieren una pedagogía diferente», explica un responsable del centro.
Las diligencias policiales sobre los hechos delictivos que cometió el padre fueron entregadas en la comisaría de la Policía Nacional de Abastos, y el informe de la agresión del alumno se remitió a la Fiscalía de Menores.
Hay muchos niños que son brutalmente acosados en colegios e institutos que se convierten en auténticos infiernos para ellos y las secuelas de esos acosos y agresiones les dejan una huella de por vida que repercute en su personalidad. Muchas veces los padres banalizan lo que supone que sus hijos sufran burlas en el colegio, no se le puede restar importancia porque es muy grave y las secuelas van desde neurosis hasta trastornos de personalidad. Ese sufrimiento lo llevarán siempre en su interior, por lo tanto, mi llamamiento a los padres de niños es que estén atentos y les cambien… Leer más »
¿Por que las victimas tienen que huir? no tienen nada de que avergonzarse y en vez de cambiar de colegio, se tendria que luchar para que sean los agresores los que lo hagan. Dependiendo del grado de dejadez de los padres, no estaria de mas que acabasen en un centro de menores tipo reformatorio a la vieja usanza, no los hotelitos que tienen ahora.
Lo que necesitan estos engendros es dos ostias bien dadas, las que no les dan en su casa y sus padres, tambien las necesitan.
Es inadmisible que nuestros hijos tengan que compartir espacio con semejantes especimenes