Las autoridades de Nueva Zelanda buscan a unos 300 desaparecidos entre los escombros
Al menos 75 personas han muerto y 300 están desaparecidas después de que un terremoto de 6,3 grados de magnitud en la escala abierta de Richter sacudiera este martes la ciudad de Christchurch, en sur de Nueva Zelanda, han informado fuentes oficiales.
Los servicios de emergencia han asegurado que el número de muertos aumentará en las próximas horas mientras trabajan contra reloj para encontrar supervivientes bajo los escombros dejados por el devastador seísmo. Unos 500 socorristas han logrado rescatar con vida a 120 personas, entre ellas 15 trabajadores atrapados dentro de un edificio de seis plantas que cayó como un castillo de naipes por el temblor.
El jefe de la operación de salvamento, Russell Gibson, ha declarado a la radio local que “es una carnicería. Hay cuerpos tirados en las calles, aplastados bajo los escombros y encerrados en coches” por todo el centro de Christchurch. Los socorristas se mantienen en contacto por teléfono móvil con algunas víctimas atrapadas dentro de edificios desplomados, y ahora el mayor riesgo es que se produzcan más réplicas del terremoto.
Uno de los días más oscuros del país
A algunos damnificados se les han tenido que amputar miembros para poder sacarles de entre las montañas de cemento, metal retorcido y vigas de hormigón partidas que hay por casi cada esquina de la ciudad, que en su mayor parte continúa sin suministro eléctrico.
El primer ministro, John Key, ha señalado que “Christchurch es una zona de desastre total” y que la tragedia es uno de los “días más oscuros” de la historia de Nueva Zelanda.
La magnitud del seísmo ha causado incluso el desprendimiento de 30 millones de toneladas de hielo de un glaciar de la Isla Sur y olas gigantes en un lago. Nueva Zelanda se asienta sobre el llamado ‘Anillo de Fuego del Pacífico’ y cada año sufre unos 14.000 movimientos telúricos, en su mayor parte de baja intensidad. El pasado septiembre, un terremoto de 7,2 grados causó en Christchurch decenas de heridos y cuantiosos daños materiales pero no víctimas mortales.