La Justicia española, una vez más, absuelve por falta de pruebas a presuntos terroristas islámicos
El Tribunal Supremo ha absuelto, por falta de prueba suficiente, a los cinco islamistas detenidos en enero de 2006 en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) acusados de reclutar ‘muyahidines’ para enviarlos a Iraq, han informado fuentes del alto tribunal, que añaden que la sentencia no ha sido aún redactada. Ninguno de los condenados se encuentra actualmente en prisión.
La Audiencia Nacional condenó a Omar Nachka (9 años), Mohamed Mrabet Fashi (7 años), Saffet Karakoc (8 años), Djmel Dahmani y Redouan Ayach (5 años) por integración y colaboración en organización terrorista y absolvió a otras cuatro personas acusadas de los mismos cargos.
Según publica este viernes ‘El Periodico de Catalunya’, en el texto de la sentencia se pedirá a la Fiscalía que investigue si pudieron sufrir maltrato durante el traslado policial. El alto tribunal revisó los recursos de casación de los condenados en una sesión plenaria de su Sala de lo Penal, después de que el tribunal inicialmente asignado para el caso acordara que este asunto así lo merecía.
Relación con el 11-M
En su sentencia condenatoria, la Audiencia Nacional apuntó que Nachka, considerado líder del grupo, ayudó a huir de España al autor material de los atentados del 11-M Mohamed Belhadj, condenado a 8 de prisión por Marruecos por “constituir una banda criminal, preparar y cometer actos terroristas y atentar gravemente contra el orden público”. En concreto, le facilitó un pasaporte y 700 euros para que pudiera abandonar el territorio nacional.
La resolución destacaba que posteriormente “le sostuvo económicamente haciéndole llegar diversas cantidades de dinero” que en alguna ocasión le fueron entregadas por personas formadas como suicidas. Además, le visitó en Amberes en el años 2005 y le pidió “que se quitara de en medio para no ser detenido y que se fuera a combatir a Irak”.
Los magistrados ponían también de manifiesto el rol jugado por Mrabet, que regentaba en Vilanova negocios de carnicería y “tenía un papel importante en la comunidad musulmana de la ciudad, en la que actuaba como líder y representante, y disponía libremente de los fondos que se recaudaban para la mezquita”.
Atentado de Nasiriya
Según explicaba la sentencia dictada en enero de 2010 por la Audiencia, Mrabet mantuvo como trabajador en sus establecimientos a un joven argelino que murió ejecutando un atentado suicida contra el cuartel de los Carabineros italianos en la ciudad de Nasiriya, el 12 de noviembre de 2003. Antes de abandonar España, el suicida dejó en el domicilio del carnicero su documentación personal y otros objetos de carácter privado.
A pesar de que según los magistrados, Mrabet ayudó “económicamente a su familia y al propio Belgacem” y estaba “al tanto de sus proyectos”, el tribunal consideró que no existen pruebas suficientes para condenarle por la comisión de un delito de conspiración para cometer asesinato.
Los condenados, que fueron detenidos como resultado de la denominada ‘Operación Chacal’, integraban según la policía dos células que operaban en Madrid y Catalunya y que tenían como finalidad el envío de personas a Irak para incorporarse a las actividades terroristas violentas dirigidas por Al Qaeda contra objetivos civiles y militares.
La célula tenía conexiones con otra desarticulada en la localidad de Santa Coloma de Gramenet en julio de 2005 a través de la conocida como ‘Operación Tigris’. Los dos grupos a los que pertenecen los acusados estarían encuadrados en el organigrama del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) e integrados en la disciplina del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) y habrían tenido como finalidad “captar y adoctrinar” en el pensamiento del ‘salafismo yihadista’ a personas que se habrían integrado en Ansar Al Islam/Al Sunna, grupo liderado por Abu Musab Al Zarqawi, lugarteniente del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
Un burka en la Audiencia
El juicio contra esta ‘célula’, celebrado en septiembre de 2009, motivó cierta polémica al tener que aplazarse porque una de las testigos citadas, Fátima Hssisni, no accedió a retirarse el burka que llevaba para declarar ante el tribunal. Se levantó el velo en la siguiente sesión, para mostrar desde las cejas al mentón, ante la advertencia del presidente de la sala, Javier Gómez Bermúdez, que le avisó de las consecuencias jurídicas a las que podría enfrentarse en caso de negarse a colaborar.