El Albayzín de Granada y la delincuencia
Rafael Pozo.- Leyendo hace unos días un comentario aparecido en el blog del conocido Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, sobre delincuencia en el barrio el Albayzín, en la que un ciudadano insiste en que los “menores delincuentes andan a sus anchas por el barrio y que realizan toda clase de actos delictivos contra nuestros vecinos y turistas que acuden, incluso colgando pancartas en sus balcones y en idiomas extranjeros, advertencias sobre la delincuencia existente en el bario”, me llama la atención que un barrio que se declaro “Patrimonio de la Humanidad” por la Unesco, esté en ese proceso de degradación a todos los niveles, y más ahora con la crísis económica que estamos viviendo.
Estas denuncias vienen desde hace años, y precisamente en el periódico Ideal apareció la noticia de que un Juzgado de lo Penal de Granada ha decretado orden de busca y captura sobre el joven marroquí conocido como “el estrangulador del Albaicín” después de que el pasado lunes no se presentara a un juicio en el que iba a ser juzgado como presunto autor de un delito de robo con violencia que supuestamente cometió contra dos chicas. Y ésta situación de denuncias no ha cambiado para éste privilegiado barrio granadino. Este barrio por su interés histórico y turístico viene sufriendo un abandono por parte de las autoridades municipales, autonómicas y centrales. Se ponen pocos medios, según denuncian los vecinos, en políticas de seguridad, cuando la delincuencia puede campar a sus anchas por sus calles. Además la falta de atención en limpieza, asfaltado de calles y mobiliario urbano, es patente, a pesar de las últimas actuaciones llevadas con fondos del Plan E por el gobierno municipal. Hay muchos problemas que aún no se han resuelto.
Denuncian los vecinos esta actitud pasiva de los responsables políticos y exigen un inminente plan de choque para acabar con la situación de marginalidad a la que parece se quiere destinar este barrio. Los vecinos están hartos de sentir la indefensión ante las bandas de delincuentes que hacen de éste barrio de interés turístico e histórico, una de las más inseguras de Granada. Llama la atención que en el Albayzín bajo, se concentren una cantidad de teterías en manos de magrebíes, que en muchos de los casos ni siquiera cumplen las normas exigidas por la Ley, en especial en la cuestión de los ruidos. Los establecimientos en la zona de Elvira, Plaza Nueva, Carrera de Darro y zona de Calderería son los que concentran el grueso de la movida, con las consiguientes molestias, ruidos y suciedad, además de la inseguridad ciudadana.
No es pedir demasiado que se respete el derecho de los ciudadanos y vecinos del Albayzín a vivir en paz, sin miedo a pasear por las calles ante los atracadores que andan al acecho, rodeados de pandillas de maleantes sin escrúpulos y además con el añadido de sentirse dejado de la mano de los políticos que parecen no preocuparse por todos estos problemas. La inmigración ilegal es otro asunto que no se quiere atajar desde su raíz y que también tiene sus implantaciones en el aumento de la delincuencia en el resto de la ciudad. Las cifras maquilladas por el Gobierno Central respecto a la delincuencia, bien sabe la ciudadanía que no corresponde con la realidad.
Para ejemplo, el propio Albayzín, donde por desgracia, encima, está ubicado el Centro de Acogida de Menores, pandilleros en su mayoría de origen magrebí, que se dedican a parte de delinquir por las calles de dicho barrio, a realizar pintadas en la fachada del propio centro con frases como “muera España” y otras lindeces, según consta en un email recibido en mi despacho días pasados. Estos actos delictivos por extranjeros que residen en el Albayzín, empíricamente está demostrado por estudios y estadísticas de la Universidad de Granada y por los propios CC. y FF. de Seguridad del Estado, que así mismo lo han denunciado, es debido a la inmigración extrajera residente en el barrio de forma ilegal. Esto no quiere decir que todos los inmigrantes sean delincuentes, porque faltara quien acuda al argumento simplista de llamarme xenófobo por estas manifestaciones. Pero los datos están ahí y el caso es que si no se ataja este fenómeno de la inmigración ilegal que habita en el Albayzín y otros barrios como Zaidín y Chana, la inseguridad está garantizada en nuestras calles como demuestran las estadísticas. A más paro y crisis, más delincuencia.
En definitiva, los ciudadanos del Albayzín como no puede ser de otra manera, quieren sentirse seguros y por ello solicitan una mayor atención a sus demandas de seguridad, exigiendo que se solucionen los problemas de la delincuencia desde una reforma de las leyes penales de tal manera que se endurezcan las penas para evitar la situación actual, como el delincuente marroqui en busca y captura.