Los hombres que asesinan a sus parejas o ex parejas cumplen una media de 18 años de cárcel y pagan alrededor de 217.000 euros de indemnización, según un estudio del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sobre las 45 sentencias dictadas por las Audiencias Provinciales durante 2009. Esta media supera en dos años a la del tiempo que permanecen los etarras en prisión.

El estudio, que ha sido elaborado por el Grupo de Expertos en Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, analiza las sentencias dictadas en los casos de homicidios y asesinatos en el ámbito de la pareja y la ex pareja de los que los autores son hombres y mujeres. En 41 (el 91%) de las resoluciones los autores fueron varones y en las cuatro restantes (el 9%), fueron mujeres, por lo que la mayoría de los crímenes en el ámbito de la pareja o ex pareja son violencia de género y “una minoría” son violencia doméstica (la que ejerce la mujer contra el hombre).

El informe refleja que del total de sentencias estudiadas, el 95,5% (43) fueron condenatorias y en cuanto al 4,5% restante el tribunal estimó que concurría una circunstancia eximente completa de la responsabilidad criminal del acusado, que derivó en internamiento psiquiátrico. En cuanto a las penas, la de prisión es la principal impuesta en todos los casos, con una media de 18 años de condena en los casos de asesinato y 12 en los casos de homicidio. La inhabilitación para la patria potestad se ha impuesto en dos casos y la suspensión del régimen de visitas con los menores, en uno.

El informe señala que en las sentencias analizadas se han apreciado seis circunstancias modificativas que han atenuado la responsabilidad criminal del agresor. En concreto, en catorce de las 45 sentencias (el 31%) se atenuó la pena por confesión; en cuatro (el nueve%) fue por la adicción de alcohol y drogas; en dos (cuatro%) por reparación del daño.

Escasas denuncias previas

El Grupo de Expertos deja constancia de “la falsedad del mito de que los asesinos de mujeres actúan, en su gran mayoría, bajo el influjo del alcohol y de las drogas, confirmando que la violencia de género es un atentado sin justificación de los derechos humanos de las víctimas”.

Sobre el vínculo entre agresor y víctima, el estudio explica que en el 31% de los casos existía un vínculo matrimonial, el 44% convivían en la misma vivienda, en un 16% la relación era de noviazgo, y en el siete% la pareja se había separado. Con respecto al anterior estudio que se realizó con sentencias dictadas en 2008, se ha producido un descenso de 22 puntos de los supuestos en que existía matrimonio.

En cuanto a la nacionalidad de las víctimas, la mayoría eran españolas (un 67,5%), al igual que los agresores (57%), lo que supone un descenso de 4,5 puntos en el porcentaje de víctimas nacionales con respecto a 2008. El estudio constata también que buena parte de la violencia de género “continúa sin ser denunciada”. De hecho, sólo en catorce sentencias (un 31%) existían denuncias previas al crimen.

Para la presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género, Inmaculada Montalbán, gracias a este tipo de estudios se puede constatar la aplicación de la ley, cómo se está desarrollando el fenómeno de la violencia de género y cómo se pretende actuar en el ámbito de la prevención.