Fin de fiesta
Hace unos veinte años el PSOE otorgó un canal de pago al grupo Prisa (Canal +), más tarde el PP añadió otro canal que puso en manos de Telefónica y como no cabían dos plataformas, éstas se fundieron, creando Canal Satélite Digital. Telefónica acabó por acogerse a una OPA organizada (desaparecido ya Jesús de Polanco) por Juan L. Cebrián. Esa OPA –al acudir a ella Telefónica- simplemente, arruinó la empresa. Braceando y con el agua al cuello, a los SOS lanzados por Prisa han respondido algunos “salvadores”: una empresa fantasma llamada Liberty y -¡oh sorpresa!- Tele 5, es decir, Berlusconi, quien lo primero que ha hecho ha sido transformar Canal + -a cuyo nacimiento ayudaron tantos “argumentos” culturales y de excelencia- en un canal temático ¡¡de televisión basura!! Un fin de fiesta digno del rosario de la aurora.
Berlusconi llegó a la política italiana de la mano de su imperio mediático. Los destrozos perpetrados por él y sus gentes contra los buenos usos democráticos han sido clamorosos y no creo que sea una paranoia el pensar que aquí pueden intentar repetir la jugada.
¿Cómo se ha llegado a esta degradación? Entre varios caminos recorridos hay dos incuestionables: una pésima gestión de Prisa, liderada por un periodista metido a empresario (y cuyos resultados no le han impedido ni le impiden seguir disfrutando de sinecuras multimillonarias) y un empacho de fútbol. Un espectáculo deportivo que acabará también –si no se vende antes- con La Sexta, ese regalo que Zapatero le hizo a un grupo de amigos personales conocidos por el mote de “los migueles”.
En verdad, el fútbol español ha sido siempre una metáfora perfecta de nuestra economía: especulación e ideología. La ideología del nuevo rico. Por ejemplo, el eslogan “la mejor liga del mundo” es equivalente a una proclama de Zapatero según la cual nuestra economía estaba a punto de rebasar a Italia, Reino Unido y Francia…
El panorama es para echar a correr y, desde el punto de vista ideológico, para echarse a llorar.