Los secretos de Gran Hermano
Ya no hace los números de antes, pero sigue siendo un filón. Cada jueves, ‘Gran Hermano’ reúne a una auténtica legión de fieles, en torno a los dos millones y medio. Sin ser un ‘share’ disparado, está más que bien. Los inquilinos de la casa indiscreta son los únicos que pueden competir con las series sin salir del todo trasquilados -‘Cuéntame’, su mayor competencia, le dobla en audiencia-.
Sigue gustando el invento. Quizá porque nos permite lo que nadie, espiar sin disimulo y ver… casi todo. A pesar de las 29 cámaras y de los 60 micrófonos, ‘GH’ también tiene sus secretos. Los tenía, porque los acaba de desvelar Elizabeth López, directora de Programas de Telecinco cuando surgió el reality que vendría a revolucionar las audiencias y, dicen algunos, la propia televisión. La periodista revela curiosidades y anécdotas en el libro ‘Gran Hermano. Y ahora… ¿qué?’, que se ha presentado en la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión.
Recuerda en estas páginas aquel 23 de abril de 2000. Para cuando se estrenó el programa ya les habían dado por todas partes. Pero tenían que rentabilizarlo: les había costado una fortuna, 1.380 millones de las antiguas pesetas. Funcionó. «Sólo 878.000 españoles no vieron ni un minuto del programa», asegura la autora del libro. Enfrente, 38 millones que se engancharon aunque sólo fuera un rato. Para hacernos una idea de la repercusión, un detalle: «El resumen de prensa de la primera edición medía 1,95 metros» -‘La Razón’ hasta le dedicó una portada-.
Los medios de comunicación se volcaron: «Cuando salió Jorge Berrocal de la casa para reencontrarse con María José la vigilancia por parte de los periodistas era exagerada. Mi productor y yo nos hicimos pasar por la pareja. Me puse el anorak amarillo de María José para burlar a los paparazzi y mi marido simuló ser nuestro escolta. Nos cubrimos la cara con un periódico y coló, pero en la bajada de las curvas hacia Telecinco casi nos matamos en el coche. El fotógrafo de ‘Interviú’ intentaba adelantarnos para fotografiarnos y no ahorró energías en el suicidio. Luego se dio cuenta de que no éramos Jorge y María José, aunque no lo contó por vergüenza», relata López, hoy directora de Entretenimiento en BocaBoca Producciones.
Da a luz en el reality
Cada año se estrenan en el mundo unos cien programas de telerrealidad, pero ninguno con las credenciales de ‘GH’. Surgió de la inventiva de la productora holandesa John de Mol, que se inspiró en un proyecto científico que reclutó a ocho investigadores.
El formato televisivo lo exportaron a 40 países. España fue el tercero en emitirlo, después de Holanda y Alemania, y cerró con cifras millonarias: más de 9 millones vieron la final de la primera edición española y diez millones votaron por SMS. Los tres meses que duró el programa, Telecinco fue la cadena más vista. Buena parte de éxito reside en Mercedes Milá. Y eso que antes se lo ofrecieron a Paco Lobatón. «Dijo que no» y activaron el plan B: Jesús Vázquez o Mercedes Milá. El gallego lo rechazó por motivos de agenda y ella dijo que sí. «Ni un solo instante me he arrepentido de subirme a ese tren», confiesa la presentadora catalana, que trae de cabeza a su médico porque «no duerme apenas» mientras dura el concurso. Pero la goza. Unas veces más que otras, claro. «Sufrí mucho un año que un grupo de concursantes me las hicieron pasar canutas, pero en sentido inverso fue una gozada presentar ‘GH 4’ -ganó Pedro, el cabrero zaragozano- porque aquel año los concursantes conseguían vivir sin dañarse».
Doce ediciones han dado para ‘edredoning’, peleas… Para mucho bueno y malo, porque algunos se pasaron de la raya. Pero para episodios fuertes los vividos en otros países. En EE UU un concursante puso un cuchillo en el cuello a su pareja, en Polonia otro enloqueció y le sacaron con camisa de fuerza y en Holanda una chica dio a luz. La vida en directo… dicen.