Las exministras de Igualdad, Bibiana Aído (i), y de Sanidad, Trinidad Jiménez (d), acompañadas por la entonces diputada socialista Carmen Montón (c), durante el pleno celebrado en el Congreso en el que se aprobó el proyecto de reforma de la Ley del Aborto

El escándalo del máster de Carmen Montón esconde vínculos y favores que complican su horizonte si, como todo apunta, el caso termina en los tribunales. En noviembre de 2010, cuando la ya exministra estaba supuestamente cursando el máster en Estudios Interdisciplinares de Género del polémico Instituto de Derecho Público (IDP) de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad que lideraba Leire Pajín (Bibiana Aído era secretaria de Estado de Igualdad en esa cartera) adjudicó un contrato de 399.000 euros a un consorcio en el que participaba la directora del posgrado de Montón, Laura Nuño, encargada también de una de las asignaturas del programa bajo sospecha.

Los fondos del ministerio del entonces Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tenían como objetivo costear un proyecto de “investigación-diagnóstica sobre participación social de las personas afectadas o en riesgo de pobreza y exclusión”, dentro del “plan local de actuación integral contra la discriminación”. Nuño revela en su currículo su participación en ese trabajo, que se prolongó de noviembre de 2010 a noviembre de 2011, un periodo que coincide en gran parte con el curso en que se matriculó Montón, de septiembre de 2010 a junio de 2011.

La directora del máster no fue la única destinataria de los fondos públicos. Aparte de la Cátedra de Género del IDP que lideraba Nuño, el dinero de la cartera de Pajín también fue a parar a Folia Consultores, una empresa dedicada a prestar asesoramiento en políticas sociales y medioambientales que formó igualmente parte del consorcio del proyecto. Como resultado, quedan unos anuncios en YouTube y una página web. El Registro Mercantil revela que, de los cuatro accionistas de Folia Consultores, dos fueron profesores de Montón en su controvertido máster. Se trata de Pepa Franco y Clara Guillo. ‘Eldiario.es’ les preguntó si recordaban haber visto a la exministra de Sanidad en sus clases, pero ninguna contestó.

Si se confirman las irregularidades de Montón en el máster —matrícula fuera de plazo, aprobados sin ir a clase, modificaciones en las notas con las actas ya cerradas, plagio en el TFM…— y el episodio termina ante la Justicia, la exministra se expone a una investigación por un presunto delito de cohecho. La URJC ya anunció este martes que en su información reservada sobre el máster de Montón ha detectado modificaciones irregulares de las notas. Como ocurrió con Cifuentes, el centro universitario trasladará sus hallazgos a la Fiscalía, que podría iniciar un nuevo procedimiento.

Los indicios de cohecho son incluso más evidentes que los que halló la instructora del caso máster para atribuirle ese delito al presidente del PP, Pablo Casado, pendiente aún de lo que resuelva el Tribunal Supremo. Al líder popular, le jueza le acusa de cohecho impropio por haberse beneficiado de un supuesto trato de favor por su condición de cargo público.

En el caso de Montón, esta habría recibido un presunto trato de favor por parte de un centro universitario y tres profesores durante el mismo curso en que estos recibieron 399.000 euros de un Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad con el que la dirigente valenciana tenía una relación más que estrecha. Durante los meses en los que cursó el máster, Montón tenía entre sus cometidos como diputada socialista la defensa de las políticas de esa cartera en la Cámara Baja, en calidad de portavoz de la comisión de Igualdad y vocal de la comisión de Sanidad, Política Social y Consumo.

El nexo era aún más fuerte. Fuentes de Ferraz aseguran que Montón nunca tuvo una buena relación con Aído y Pajín. Las discrepancias venían de la época en que las tres militaban en las Juventudes Socialistas. Pero el vínculo entre la ya exministra de Sanidad y aquella cartera del Ejecutivo de Zapatero era otra mujer, la periodista Nuria Varela, una amiga personal y colaboradora de Montón que durante el año del máster ocupó el cargo de directora de Comunicación de Bibiana Aído en la Secretaría de Estado de Igualdad, el departamento del que salieron los 399.000 euros. Después de aquella etapa, en 2014, cuando Montón ascendió a secretaria federal de Igualdad del PSOE, Varela se convirtió en su jefa de gabinete, función que desempeñó hasta 2016.

La propia Varela se encargó también de poner en contacto a Montón con la directora del máster, a la que ya conocía por su destacada militancia feminista. De hecho, como informó ‘eldiario.es’, la entonces jefa de gabinete de Aído se matriculó en Estudios Interdisciplinares de Género a la vez que Montón. En el curso siguiente, el 2011-2012, el díptico informativo del posgrado ya incluyó en su portada el logotipo oficial del Instituto de la Mujer de la Secretaría de Estado de Igualdad del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Junto a ese anagrama, apareció también el de Folia Consultores.