Bien es conocido que a los pueblos los mueve la poesía del amor o la dialéctica del odio. Las grandes masas siempre estarán propensas a ser víctimas de la manipulación basada en los instintos primarios egoístas, solo a las minorías les está reservado, en tiempos de miseria moral, ser salvaguardas de la verdad. Estas palabras retratan la realidad sociológica de hoy. La maldad adopta mil rostros y mil estrategias según la conveniencia del momento. El combustible que alimenta la maldad es el odio, y este odio también es canalizado y busca la diana que le sea más rentable según el momento.

El odio marxista que se canalizaba hacia la lucha de clases, es decir, la demagogia de enfrentar a las clases trabajadoras contra las clases burguesas y el poder establecido, hoy ha quedado obsoleto por la sencilla razón de que este “poder establecido” y estas “clases burguesas” hoy lo forman los propios partidos de izquierda y sus dirigentes, por ello, este mensaje ya no cuela para mentes mínimamente inteligentes ( qué tampoco es que sean muchas, que digamos…).

Partidos y personajes de la izquierda son los que han contribuido decisivamente o incluso liderado a crear esta Europa de mercaderes; Este brazo armado del mundialismo que se llama OTAN; Estas grandes desigualdades sociales… En los grandes foros de decisión o dirigiendo los mismos, han estado destacados personajes de la izquierda como Felipe González, Solana, Solchaga, Almunia, Solbes… y un sinfín de personajes más. En los consejos de grandes poderes financieros y bancarios, también estaban ellos (Bankia, Caixa Catalunya, etc..). No, ya no les vale argumentar contra algo que han creado ellos mismos, por ello cabe dirigir su odio y su “lucha de clases” por otros derroteros.

Ahora este odio de “la lucha de clases” lo trasfieren por la senda del feminismo radical, el enfrentamiento del hombre contra la mujer; el enfrentamiento del ateísmo contra los sentimientos cristianos; el enfrentamiento del egocentrismo contra la familia tradicional; el enfrentamiento del sectario terruño contra el concepto fraternal de Patria… El odio siempre ha sido el caballo de batalla de algunos. Estos “algunos”, quede claro que no luchan por amor a la justicia social, luchan por envidia; No luchan por amor a la mujer, luchan por odio al hombre; No luchan por amor a su tierra, luchan por odio a España… En definitiva, contemplamos un capítulo más de la eterna lucha del amor contra el odio, la eterna lucha del Bien contra el Mal… ¡Nada nuevo en el devenir de la historia!