Disturbios en Suecia, una imagen imposible hace unos años.

El año pasado, 68 personas fueron condenadas por la Corte de distrito de Kalmar (sureste de Suecia) a penas de cárcel por delitos graves . De los condenados, el 60 por ciento eran ciudadanos extranjeros o habían llegado a Suecia en los últimos años, según ha revelado en las redes sociales el mando policial, Peter Knight, muy criticado por los grupos progresistas locales por no atenerse a la conveniencia de la corrección política e ilustrar con datos los efectos que la inmigración está teniendo en los índices de inseguridad de su país.

Knight detalló que de las 68 personas condenadas, 41 nacieron fuera de Suecia. Catorce de ellas proceden de 14 países europeos y 27 de países de fuera de Europa. Precisó que estos datos podrían extrapolarse al conjunto del país, que ha pasado de ser uno de los más seguros del mundo en las décadas de los 60 y los 70 a convertirse en el que registra la tasa mundial más alta en cuanto a número de violaciones.

“Cifras muy alarmantes”, escribe Peter Knight, quien reclama a las autoridades un “análisis exhaustivo” sobre este asunto.

“Es imperioso que se haga de inmediato. Y deben ser los responsables políticos quienes lo promuevan. Es necesario contar con una base científica que establezca la relación que existe entre inmigrantes criminales y delincuencia”, continúa.

A principios de este año, la ministra sueca Ylva Johansson, en una entrevista con la BBC, negó que existiera conexión entre el crimen y la inmigración. Estos datos fueron refutados por políticos de la oposición y expertos en materia de seguridad.

En el año 2015 llegaron al país un total de 1,6 millones de extranjeros. En la actualidad, el 16 por ciento de la población residente en el país escandinavo es de procedencia extranjera.