La dimensión humana de Mariano Rajoy
Daniel García Carretero.- Con un escenario en el que la prensa, la radio o las televisiones sobreviven artificialmente a base de las inyecciones que les facilita el Gobierno en forma de intervenciones, publicidad institucional y/o licencias de TDT, y con el consiguiente control gubernamental de los medios de comunicación, el mayor que se recuerda en toda la historia del régimen, el PP afronta las generales confiado en la ausencia de disonancias que puedan alterar notablemente el desarrollo de la campaña.
Primero fue la prensa escrita, con los serviles y oficialistas ABC y La Razón, y los reconvertidos a la causa El Mundo, tras el despido de Pedrojota, y El País, después de que Moncloa ayudara a refinanciar su deuda. Luego le llegó la hora a las televisiones, la asignatura pendiente del Gobierno, cuya conspiradora mayor Soraya se ha encargado de superar.
Tras el nombramiento de Leopoldo González-Echenique, como Presidente de RTVE, la corporación pública volvió a ser la casa de putas del Gobierno, algo que terminó de cristalizarse con su sustitución por José Antonio Sánchez. Pero el mayor problema residía en las privadas, lo que, tras una flexibilización de las condiciones de competencia en el caso de la fusión de Antena 3 y La Sexta, para salvar a la par que neutralizar a esta última, y una nueva concesión de licencias de TDT tras el último “concurso” ha quedado definitivamente sofocado.
La radio, por su parte, ha quedado para lo que ha quedado, mientras la SER ha perdido definitivamente en esta legislatura su punch informativo merced al gravísimo agujero financiero de PRISA para el cual la banca, con el plácet de Moncloa, ha acudido al rescate; en la COPE, el que fuera equipo de deportes de la SER con Paco González a la cabeza le rió las gracias a Mariano cuando fue a comentar la Champions. Ese mismo Paquito que el 13M de 2004 hizo un alegato nada deportivo en las ondas, ha acabado ahora siendo el mamporrero de Rajoy. Cosas que tiene el destino… y el dinero en mayor medida.
Con este desolador panorama y ante el convencimiento generalizado, por otra parte justificado, de la estulticia del pueblo español, los responsables de comunicación del PP han diseñado una campaña en una doble vertiente. Por un lado, se ha puesto un especial énfasis en explotar un pretendido carácter campechano del Presidente del Gobierno que sirva para neutralizar o, al menos, reducir a un segundo plano, las grandes cuestiones de la legislatura. Por otro, de menor eficacia pero igualmente necesaria, la presencia de Rajoy en formatos informativos, formalmente serios pero cuyos contenidos están alejados de un periodismo verdaderamente crítico. Pero como digo, el mayor interés ha estado en convertir a los ojos de la opinión pública a un Rajoy pasivo, gris, funcionarial, frío y distante, en un persona amable, responsable, moderada y hasta con cierta retranca.
Y para ello, la dirección de la televisión pública, aquella que sin disimulo ni miramientos va al rescate del Gobierno de oficio o a petición de parte, puso a disposición del Presidente –también de Pedro Nadie– el programa revelación de la temporada, el de Bertín Osborne, y lo hizo pocos días después de rogarle, en palabras del propio cantante de rancheras, que no llevara a ningún representante político hasta después de las elecciones.
Pero cuando se trata de blindar el régimen de corrupción que ha dominado España durante 40 años aquí todo vale. Y Bertín, el vividor de Bertín, que se lleva 10.000 por programa, puso su casa, el sofá y lo que hubiera hecho falta, para un masaje con principio, intermedio y final felices. Y es que más que un programa de entrevistas, la cita entre el cowboy y la trotona pareció la versión casposa de la oscarizada Brokeback Mountain.
En esta carrera por decirnos que Rajoy es una persona humana, que diría Aído, nos hemos enterado de que Mariano hace deporte, anda todos los días y hasta tiene una ruta. Me alegra saberlo, porque la única ruta conocida del presidente hasta la fecha había sido aquella que realizaba en su juventud y que iba de los servicios de la estación de tren a los servicios de la estación de autobuses. “Peroh qué buenoh eshhh el deporteh oyehh”.
Otra faceta de este ser humano por la que deberíamos votarle, a juicio de sus asesores, son sus viajes por cada rincón de España. Hace escasos días, en Benavente (Zamora), el castizo Presidente no dudó en subirse a un banco de la plaza para dar un mitin y dejarse perder al dominó con sus paisanos. Impostado, grotesco, pero todavía muy efectivo entre una parte del electorado. No cabe duda que Mariano ha aprovechado la más mínima oportunidad para evidenciar este aspecto, como “argumento racional y de peso que refleja su amor por cada pueblo, por cada pedanía”, por cada voto rural, a la postre decisivo el 20D. Pero, ¿de verdad quiere que tratemos sus viajes señor Rajoy?
Pues háblenos de sus viajes al Caribe, de esas escapadas tan frecuentes durante una época concreta de su vida profesional a Cuba y República Dominicana. Aquellos sí que eran veranos locos para un Rajoy conocido en los corrillos madrileños por ser un verdadero crápula, con gafas de pasta, puros habanos, y unos aires de mafioso advenedizo. Acompañado por pocos, interesados y discretos amigos, muy bien recompensados en el futuro, y por algún ministro democristiano, de cintura para arriba eso sí, que curiosamente ha acabado donde tenía que acabar: siendo Ministro de Asuntos Exteriores, como señalara en su día el periodista Enrique de Diego.
Y por último hemos conocido alguna anécdota, no podemos decir que divertida, de su esposa, Elvira Fernández, Viri, ese tipo de mujeres que pertenecen a la casta de esposas profesionales del reino, cuya socia fundadora es la reina emérita Sofía de Grecia. Discretas, abnegadas y especialmente, frustradas. Anacrónicas en una España de 2015 que todavía no termina de despojarse de sus especies parásitas.
Rajoy ya ha manifestado en público en alguna ocasión su desdén hacia su esposa, a la que ha humillado en diversas ocasiones. Viri, además, tuvo que soportar como el actual Presidente del Gobierno no estuvo con ella cuando abortó a la que iba a ser su primogénita, aspecto que confirmó el periodista Ángel Collado, especializado en asuntos del PP. Fue en 1998, al año de casarse y cuando Rajoy era Ministro de Administraciones Públicas en el gabinete de Aznar.
Posteriormente, en la clínica Dexeus de Barcelona, un centro especializado tanto en abortos como en técnicas de reproducción asistida y donde Viri ya había acudido tras la interrupción de su embarazo, llegaron los 2 hijos del matrimonio: Mariano y Juan, de los que tanto se ha hablado últimamente. Como señala Espía en el Congreso, dicho centro señala en su página web: “La fecundación natural y espontánea no siempre es infalible. A veces ni siquiera es posible por motivos fisiológicos o médicos, o por razones de orientación sexual”. Curiosa relación del presidente con una clínica que practica abortos y a la que debe estar enormemente agradecido.
Pero no queda ahí la cosa, porque la sacrificada Viri, según reconoció el propio Rajoy con Bertín Osborne el pasado miércoles, ha tenido que renunciar a su trabajo para ser la acompañante del presidente en los actos oficiales.
Después de conocer todo esto, no resulta extraña la revelación del ya fallecido Carlos Alberto Biendicho, quien presidiera la Plataforma Popular Gay y del periodista Enric Sopena, por la que Rajoy se casó por imposición de Manuel Fraga. Su mujer, a la postre, ha sido cómplice y víctima de esta hipocresía.
Tenía que haber dimitido hace tiempo y ponerse a disposición absoluta de la justicia para disolver su propia formación politica y la encausación de todos compañeros, empleados o quien fuera con las manos manchadas del dinero de todos. Sus problemas sexuales que se apañe con ellos, me dan igual, que se fuera a su sucio gabinete de “registrador de bolsillos” que ya buena prebenda es para vivir como un rey a costa del pobre emprendedor. La fe publica notarial en sus diferentes ordenes no es más que otra aduana económica que crea dolor en muchos y riqueza fácil en muy… Leer más »
Cuando se entre en Faes se llevaran el premio gordo.
Rajoy sigue lo que persigue y seguirá haciendo lo que esta persiguiendo.
Destruir España.- Es un traidor, lo lleva en la sangre.- Y además un mason
enemigo acérrimo del cristianismo.- Naturalmente adornado con todas las adjetivaciones posibles de su maldad.- Mentiroso compulsivo, cobarde. cinico…
Lo preocupante es que ya te dicen sus planes a la cara, anoche en Antena 3 en el programa de Risto, Daniel Estulin conocido investigador o más bien desinformador sin faltarle el respeto pero es lo que pienso de el, dice que la elite nos quiere matar porque somos muchos y no hay recursos suficientes, a Obama le llama el chico de los cafes y a Rajoy dice que España no pinta nada y da a entender que tenemos un presidente practicamente imbecil, en este caso nos cuenta la realidad aunque diga medias verdades.
La dimensión humana de Mariano, se deduce fácilmente, si tuviera alguna, hubiera dimitido hace tiempo.
mari&ano… mari&com… jajaja tiene cohones .. será hasta verdad y todo…
Tiene cara de trotona pontevedresa…. que pícara es.