La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha decidido denunciar a Real Madrid, Barcelona, Deportivo, Rayo Vallecano y Granada por los insultos que se profirieron en sus respectivos estadios durante la 14ª jornada del campeonato. La patronal de clubes enviará a la Comisión Antiviolencia informes de los partidos del Bernabéu, el Camp Nou, Riazor, Vallecas y Los Cármenes «para que, si así lo considera», sean remitidos al Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (FEF), que sería el órgano encargado de imponer las correspondientes sanciones a los clubes que implicados en cánticos ofensivos, injuriosos, calumniosos, racistas o xenófobos, no reflejados en las actas arbitrales de dichos encuentros.

La LFP ya anunció el domingo las decisiones adoptadas contra el Real Madrid (por los gritos de «Messi, subnormal» y «Puta Barça, puta Cataluña») y el Rayo. Sin embargo, en el caso del club vallecano que se enfrentó al Sevilla no ha sido como consecuencia de los gritos de «Atlético, mierda» y «Frente Atlético, asesino», sino por los de «Mucho Betis, mucha mierda», y este martes la Liga hizo públicas también las denuncias al Barça, el Deportivo y el Granada. Al club azulgrana, por cánticos de «Puta Espanyol» y «Odio Espanyol»; al gallego por «Atleti, mierda», «Tino (presidente del Deportivo), cabrón, sal de Riazor» y «Tino, muérete»; y al andaluz por «Negredo, maricón».

Cuando se le preguntó este martes en el Congreso de los Diputados al secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, dónde se podía situar el límite del insulto y si consideraba que ese grito en el estadio del Granada contra Negredo, futbolista del Valencia, se podía considerar sancionable, se mostró contundente. «Ese es un insulto completamente inaceptable. Cualquiera con sentido común siente si le están insultando o no, y el problema no estará en el límite, aunque haya que ir acordando ese camino y habrá aciertos o no. El sentido común es el que van a aplicar los órganos disciplinarios. Lo que es evidente es que hay una determinación contra la violencia y estoy convencido de que conseguiremos el objetivo», aseguró el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) tras una comparecencia conjunta con el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, durante la cual, aunque no convencieron con sus explicaciones a la oposición, ambos coincidieron en subrayar que «la violencia verbal es la antesala de la física» y que «la educación es la herramienta fundamental del cambio».

«La violencia verbal ha gozado de una permisividad importante», reconoció Cardenal, quien recordó que en enero de 2013, un año después de llegar al cargo, no es que solicitase, sino que «exigió» a los responsables de Seguridad en los eventos deportivos y a los clubes, «para que denunciaran los cánticos incitadores a la violencia» en los estadios. «Me revolví contra los insultos, y hace tres semanas recabé la ayuda de los clubes y exigí que la violencia verbal se consignase en las actas», aseguró el secretario de Estado para el Deporte, quien animó a seguir el ejemplo «de los dos clubes pioneros, Real Madrid y Barcelona, por librar con éxito su batalla contra los violentos». También elogió al Atlético, «por la expulsión del Frente»; al Deportivo, «porque está librando también su batalla particular con esfuerzo y determinación»; y al Córdoba, «que ya ha anunciado sancionar la violencia verbal».

«La violencia verbal debe ser erradicada de nuestra sociedad, y se insiste en que sea reflejada en las actas elaboradas por los coordinadores de Seguridad de los clubes», añadió el ‘número dos’ del Ministerio del Interior. «Decisiones como las del Barcelona y el Real Madrid expulsando a los violentos -rompieron su relación con los Boixos Nois y los Ultras Sur, antes de que el Atlético se viese forzado a desvincularse del Frente, tras el asesinado del ultra del Deportivo-, es la única alternativa», insistió Miguel Cardenal, quien reiteró que los clubes que colaboren «directa o indirectamente» con los grupos radicales, serán castigados con la pérdida de puntos e incluso de categoría.