La Cédula de gracias al sacar
En agosto de 1801, el rey Carlos IV, con objeto de aumentar las arcas reales, creó un curioso impuesto: La Cédula de Gracias al Sacar. Iba destinada particularmente a los españoles que vivían en los distintos virreinatos de América, incluidos los que habitaban en las Islas Filipinas.
La citada Cédula, permitía que un “pardo” (descendiente de esclavo africano mezclado con europea o amerindia o al revés) o un “quinterón” (descendiente de blanco mezclado con descendiente de mulata o al revés) y en posesión de determinados documentos, fuera en realidad blanco, olvidándose para siempre su anterior casta. Era ésta una dispensa que se podía comprar a cambio de una suma considerable y que permitió a algunas personas adineradas de origen africano o mixto acceder a cargos públicos, entrar en colegios profesionales, en la universidad, incluso adquirir títulos nobiliarios.
Dicho de una manera más clara; permitía a “pardos” y “quinterones” ser admitidos en una sociedad rigurosamente jerarquizada en el orden político y social debido al concepto de “limpieza de sangre” que imperaba en aquella época, a cambio de una muy elevada cantidad de dinero.
En la realidad que vivimos, en el que el problema del racismo e integración social a causa de la inmigración, está a la orden del día, por lo menos en España, aunque no menos existente en otros países, nos podíamos preguntar las consecuencias si hipotéticamente se aplicara dicha Cédula.
Resultaría que un rosario inacabable de inmigrantes de todo el orbe, que sin tener esa “limpieza de sangre”, pagando cantidades desorbitadas, y con frecuencia sin saber leer, escribir, sin cultura alguna e ignorando el conocimiento de nuestro idioma, se convirtieran de la noche a la mañana, como por arte de magia, en nobles, policías, catedráticos, abogados, médicos, componentes de cualquier colegio profesional, miembros de entidades oficiales, incluso funcionarios del Estado. O sea, se convertirían en ciudadanos con todos los derechos “per se”, inherentes al país donde se desearían instalar, que en el caso que nos ocupa, sería España.
La consecuencia es que podríamos tener, de pegote, más políticos, más funcionarios de todas clases y más profesionales de cualquier tipo habido y por haber. Si ahondásemos en el origen de la actual población blanca española, quizás pudiésemos descubrir sorpresas de determinados ciudadanos, en los que bastantes años atrás, sus ancestros tuvieron un color muy distinto al blanco. O sea borrón y cuenta nueva.
De lo que no cabe la menor duda, y sin dar malas ideas a la Agencia Tributaria Española, aunque imaginación no le falta, es que sería ahora un buen sistema de recaudación.
Hoy el estado español, en lugar de cobrar por nacionalizar, pagamos a los invasores. Cuesta abajo y sin frenos.
Y no necesita ser ni pardo. Cuanto mas oscuro el chapista mas les gusta a nuestros políticos
Esto de la “cedula” se sigue haciendo en nuestro pais. Ahora lo llaman “pasaporte” en lugar de “cedula”, pero el rollo es el mismo. Voy a mencionar dos metodos que permiten a cualquier salvaje asesino hacerse con la “cedula”: metodo 1: comprar una casa que cueste mas de no se cuantos cientos de miles de euros y se obtiene la “cedula” automaticamente metodo 2: hacerse de la secta destructiva denominada “judaismo” y despues presentar una solicitud al ministerio de exteriores alegando ser “sefardita” y pagando unos cuantos miles de euros, asi tambien te dan la “cedula” cualquiera de estos dos… Leer más »
método 3: saltas la valla y andas parasitando por el territorio español, a gastos pagados y con todos los derechos de facto de cualquier españolito, y al poco tiempo tienes los papeles.
Con todos los derechos de un españolito no. Con bastantes más. Saben más sobre prestaciones y subsidios que los mismos trabajadores del INEM.