Bellalta, en el despacho de su domicilio, posa junto a las banderas de España y Cataluña.

Por Enrique de Diego.- Rompo mi silencio, demasiado pronto, por causa justa e insoslayable para mostrar todo mi apoyo a Gerard Bellalta y condenar la agresión sufrida por cobarde turba separatista. ¡No toquéis a nuestro héroe porque lo pagaríais muy caro y os perseguiríamos hasta el centro de la tierra o el mismísimo infierno!

Gerard, me hubiera gustado estar a tu lado para hacer frente a esos cobardes que siempre actúan en grupo, en masa, para protegerte en lo que pudiera y hacer frente a esa canalla, pero te pido que te preserves, que seas prudente, desde el respeto y la admiración a cuanto estás haciendo, pero desde la preocupación lógica y sincera del amigo.

Gerard Bellalta es catalán por los cuatro costados y, por ende, es español por los cuatro costados, porque no hay otra forma de ser catalán que ser español. Es catalán por los cuatro costados en sus ancestros, en sus gustos (por supuesto, en los culinarios), en su carácter, en su condición de luchador y trabajador infatigable.
Gerard Bellalta está poniendo en cuestión y evidenciando todas las contradicciones de la locura separatista, de la suicida aventura equinoccial de los ultramediocres Mas y Junqueras. Porque es absurdo que se pretenda “decidir” dejar sin Patria a Gerard, cercenar parte sustancial de su personalidad.

Si Bellalta no es catalán es que los catalanes se han extinguido. Y Bellalta es catalán por los cuatros costados y por los cuatro costados español, y vibra con cada belleza, con cada gesta, con cada paisaje, con cada maravilla de España, como catalán y brindando con cava, porque es hombre abierto y con alegría de vivir, un hombre hecho a sí mismo, del que cualquier sociedad se sentiría orgullosa y que es perseguido en su propia tierra, en su querida Cataluña y en su querida España. En nuestras queridas Cataluña y España, porque amamos a Cataluña con todo nuestro corazón de patriotas españoles.

Bellalta pone en evidencia todas las mentiras y contradicciones del separatismo, como que la lengua no es excusa para odiar a España, ni para perseguir a nadie, porque él vibra con España en la lengua de Agustina de Aragón (nacida en Reus), de Juan Prim, de los héroes de Gerona, del tambor del Bruc, de los voluntarios catalanes de Castillejos o de los que lucharon en Las Navas de Tolosa. He visto cómo se le iluminaba la cara al escuchar hablar en valenciano, tan parecido al catalán. ¡Bendito bilingüismo patriótico! No, el catalán no es patente de corso para el odio a España. No y mil veces no. El catalán es España como el español ha recibido contribuciones de todos.

Pero más allá, Bellalta está mostrando toda la ponzoñosa mentira que esconde el separatismo. Éste no es pacífico ni pacifista, como repiten para desarmarnos, aunque no engañan a nadie. El separatismo es esa horda que ha esperado en las sombras de la noche a Gerard, nuestro héroe, para lanzarle con saña de alimañas todo tipo de objetos.

Separatismo es odio. Ya lo decía Prat de la Riba: “el sentimiento del nacionalista es el odio”. El separatismo produce degenerados capaces de llamar “basura” a una niña de siete años por vestir la camiseta de la selección española como hicieron el 12 de octubre del año pasado.

El separatismo es la horda y la tribu contra la persona, contra su dignidad, porque Bellalta es un buen hombre, en el sentido machadiano y en todos, empezando por el cristiano, y es una persona digna que sólo ha hecho el bien y ha dado trabajo y se desvela por sus trabajadores como empresario capaz y entregado que es.

Y Gerard también está poniendo en ridículo al Gobierno de España, al desgobierno, más bien, incapaz de proteger y defender a los españoles en su propio territorio, que ha entregado la seguridad a una policía separatista incapaz de practicar detención alguna, y no es la primera agresión que sufre Bellalta en la más absoluta impunidad. Ese Gobierno de la casta, de la mierdocracia, que ha sacado a las Fuerzas Armadas, a la Policía Nacional y a la Guardia Civil de Cataluña dejando indefensas a las niñas españolas a la vesania de los separatistas.

¿Qué no harían estos si se secesionaran y pusieran en marcha sus designios genocidas a los que les impele su odio? Y el Gobierno calla, no hace nada y lo que hace es financiar al separatista Mas y darle alas, cuando con sus dispendios y corrupciones no tiene ni para pagar a los funcionarios, ni a esos mossos que miran para otra parte cuando agraden a Bellalta. Tras cuarenta años de cesiones vergonzosas y vergonzantes, la casta nacional y la subcasta separatista catalana están llamadas a despedazarse en su inmundicia, porque no hay resquicio legal para la secesión, no hay puerta de salida, y la unidad de España queda bajo la tutela última de las Fuerzas Armadas, a las que apelo para que estén en vigilia atenta.

Fuera modorras, que hay juramentos que obligan. ¡Centinela, alerta! Gerard, como un pequeño titán, contra mundi, pero con el cariño y el apoyo de millones de patriotas. El individuo, la persona con la verdad contra toda la ciénaga de la mentira. Os pido a todos que difundáis el ejemplo de Gerard Bellalta, que no permitáis, en lo que podáis, el silencio sobre su heroísmo y sobre su persecución cobarde.

Gerard, es un honor tenerte como amigo. Mi agradecimiento desde mi humilde patriotismo. España sigue dando hombres como tú, por eso sobrevivirá. ¡Viva España! ¡Viva nuestra querida España, Gerard, tierra de hombres libres y valientes como tú!

(Pinche aquí para escuchar una de las intervenciones de Gerard Bellalta en ‘La Ratonera’)