Enrique de Diego.- Acabamos de terminar la presentación de mi novela “Las Navas de Tolosa” en Toledo. Vamos en coche el presentador y uno de los organizadores y yo. En una plaza cercana, hay una multitud. Preguntamos de qué se trata. El organizador, toledano, nos informa que es la cola de la ONG de Cipriano González. Son las 18,30 h. “Es todavía más impresionante. Vamos a dar la vuelta y veréis donde empieza”. “Son musulmanes”, apunta, inquieto, el presentador, un buen y joven empresario.

Damos la vuelta con el coche y llegamos al comienzo donde personal de la ONG con batas blancas está repartiendo los alimentos. La cola, en efecto, es aún más impresionante. Es todo un fenómeno social. Estamos ante una multitud que no baja de las ochocientas personas y que se aproxima, seguramente, a las mil, en una ciudad de menos de cien mil personas. La primera impresión se confirma ante la selva de hijabs. Se trata, en el fondo y en la forma, de una larga fila de musulmanes. Estimativamente, el 85% son musulmanes; otro 13%, sudamericanos y el 2% españoles.

– Son musulmanes –repite, cada vez más inquieto, el presentador. ¿Y cuándo les dejemos de dar de comer, qué harán?

– Matarnos –contesta rápido el organizador toledano, porque la gente en privado no se cuida de lo políticamente correcto.

Llegan familias enteras de musulmanes en monovolumen para recoger su comida.

A través de la Iglesia, en Cáritas, escenas como la que vemos en la puerta de esta ONG, se repiten por todas las ciudades de España. Cáritas se ha convertido en una gran mentira. Cáritas se dedica a alimentar a los musulmanes y es el caballo de Troya de la islamización de España. Esa es la realidad y lo demás es comentario. Fueran los anatemas laicos políticamente correctos que ya no asustan a nadie. La Iglesia en España chapotea en la mentira.

La jerarquía católica con la mentira de Cáritas enemiga de la sociedad cristiana. Esa es la verdad y lo demás es propaganda. Cáritas no es el buen samaritano sino una exuberancia de estupidez suicida. Y si no que se lo pregunten a los coptos o a los cristianos en Nigeria o a Asia Bibi en Pakistán, incomunicada en cadena perpétua. No hay caridad para los cristianos, ni fraternidad. La Iglesia calla, cobarde y cómplice, mientras alimenta el conflicto en España. Esa Iglesia sólo atenta a sus privilegios y a su financiación y que vende al por mayor la mentira de Cáritas.

Cáritas es el comedor social de los musulmanes. Cáritas es la media luna de los idiotas. Y no tan idiotas, porque resulta que de fomentar la amenaza musulmana con su demografía expansiva viven la friolera de 4.357 católicos oficiales, que están asalariados de Cáritas, que viven de Cáritas y en buena medida del contribuyente, porque el 33,70% de los fondos salen de los fondos públicos, de las administraciones locales (19.635.876 euros), las autonómicas (31.499.100), de la central (28.626.405) y de la Unión Europea (4.728.352). Datos oficiales de la web oficial de Cáritas.

El espectáculo amenazante de una ONG de Toledo es extrapolable a cada ciudad en las puertas de los comedores de Cáritas. Así que la Iglesia católica en España, con una parte de dinero del contribuyente, está alimentando gratis a los musulmanes que constituyen un grupo parasitario. Así que cuando Cáritas dice que atiende a seis millones de personas (6.364.126), la mayoría, el 85%, repetidas, son musulmanes.

Por supuesto, hay que acabar con esta mentira, aunque algunos católicos oficiales amenacen con sus falaces excomuniones. Con mi dinero no se va a financiar a los musulmanes. Para nada. No pienso volver a dar un solo euro a la Iglesia, ni en el cepillo, ni mucho menos poner la crucecita. Y animo a todos a hacer lo mismo.

Cáritas es mentira, grosera mentira. Es una coartada del sistema y un quintacolumnismo islámico. Ni un euro a Cáritas. Ni un euro a la Iglesia. La verdad nos hará libres y Cáritas es mentira, es la media luna camuflada con la crucecita.