Colectivo Alborán.- Los responsables políticos han difundido la noticia de que los soldados pagarán el 50% de sus comidas en los acuartelamientos. Estos supone unos 50 euros mensuales, y un 5% de la paga porque la mayoría son mileuristas. Si lo sumamos al recorte del 5% de Zapatero, al soldado en muy poco tiempo se le ha bajado el sueldo en un 10%. Mucho te quiero, pero poco pan te doy, como reza el refranero español, es decir, que el video de propaganda que tanto se difunde ahora por todas las cadenas de televisión es una falacia.

La rebaja del 5% del sueldo de los funcionarios se “justificó” por la ventaja que tenían, en época de crisis, al poseer un empleo fijo. Caso que no se dan en el soldado (al que se le ha bajado el sueldo el 10%), pues, a pesar del pomposo nombre de profesional, en realidad son mayoritariamente contratos temporales, fáciles de rescindir. Por ejemplo, la condena por un delito, aunque sea de un accidente de tráfico no doloso, lleva la rescisión del contrato, como pena subsidaria, castigándolo así dos veces por una misma falta. Y, una vez rescindidos, están llamados a engrosar las listas del paro, pues no hay Administración que los coloque ni ellos pueden exhibir un título que les franquee la seguridad de un puesto de trabajo.

Además de las consideraciones económicas, las comidas en el cuartel tienen un objetivo de eficacia. Esta comida es nutritivamente equilibrada y suficiente, para un personal joven que hace normalmente un esfuerzo físico, continuo y considerable. Si la alimentación corre de su cuenta, tratarán de ahorrar lo más posible (sobre todo si tienen cargas económicas, especialmente familiares) en la alimentación, como ocurrió en otros tiempos, siendo corriente las lipotimias. De lo que en su momento ya los mandos militares, hicieron informes al respecto.

Y lo que decimos de la Tropa es aplicable, en forma proporcional, a los Mandos; recordemos que un teniente, tras una oposición, cinco años de academia y algún trienio, cobra menos de 2.000 euros. Y también que a los militares no se les pagan las horas extraordinarias por servicios y maniobras, cosa que sí se hace, por supuesto (¿gracias a sus “sindicatos”?), con otros hombres de armas, como es el caso de los guardias civiles; y recordemos que los picoletos están generalmente peor pagados que otros policías, sean nacionales, autonómicos o locales.

Es injusto que sea el soldado, el eslabón más inocente y débil, quien pague los platos rotos de tantos despilfarros, malversaciones, negligencias y robos, sea el soldado. Antes que haber tomado esta medida tan fácil, contra unos militares disciplinados y abnegados, sabiendo de antemano que no van a descomponer el ademán, ¿no había que haber hecho otras cosas? ¿No sería más justo disminuir el macrocefálico Ministerio de Defensa, desproporcionado ante fuerzas militares tan magras?. ¿No hubiera sido más justo recortar en subvenciones, gastos e instituciones inútiles? ¿Vamos a seguir con igual número y entidad de absurdas y peligrosas misiones internacionales? ¿Continuaremos dispersando a nuestros mandos por innumerables organismos extranjeros? ¿No sería más caval que los que se lo han llevado crudo, en la Administración que sea, lo devolvieran y pagaran por ello? En último extremo, ¿por qué va a tener que pagar la casi inexistente seguridad de todos (recordemos que estamos buscando comprador para el portaaviones Príncipe de Asturias, al cual no podemos mantener a flote)?

Los Ejércitos no han tenido, ni deben tener sindicatos, porque la custodia de los intereses de los subordinados descansan en las Ordenanzas (hoy desaparecidas, pues lo que actualmente recibe ese nombre no lo son) y en sus mandos militares. ¿Qué han hecho el JEME, el AJEMA, el GJEMA y el JEMAD? Que sepamos nada, excepto elogiar a la exministra Chacón (rompiendo la neutralidad institucional) y no conseguir que ni ella ni su equipo aceptaran alguna de sus propuestas. El JEME impertérrito y a seguir cobrando que son dos días (bueno, en realidad medio año más de “mandato”, desde el cambio de Gobierno, a añadir a su andadura con la ministra de infausto recuerdo y a la jefatura de una UME tan peligrosa como inútil).

Lo más preocupante es que el ministro Morenés, del que pronto hablaremos más en detalle, afirme que la situación de los Ejércitos es crítica. Luego entendemos que la defensa de España también. Sobre todo ahora con el problema de Cataluña, las prospecciones petrolíferas en Canarias y Marruecos (nuestro proverbial “amigo” y cabeza de visible y próxima del integrismo primaveral árabe) siempre al acecho para sacar tajada en nuestros momentos de debilidad.

Y todo ello en un momento en que, aunque no queramos verlo, la Monarquía pasa por su mayor crisis y la Patria está técnicamente en bancarrota y más amenazada por los separatismos que nunca.

*El ‘Colectivo Alborán’ lo forma un grupo de altos mandos del Ejército español, retirados y en activo, que cuentan con una cualificada experiencia militar y una notable preparación académica. A todos ellos les une un denominador común: el amor a España y la preocupación ante los acontecimientos que vive nuestra nación.