Los intelectuales de la II República
Francisco Alamán Castro.- Me enseña un amigo un viejo escrito de don Luis Arias Argüelles-Meres en LNE sobre los intelectuales del 36 y Franco. Me reí bastante, pues no he visto ignorancia más supina sobre el tema, tengo que confesar, de vez en cuando se me escapaba una lágrima de pena por el señor Arias, no se la merece, pero es que me da mucha pena.
Es don Luis un intelectual, dicen él y sus amigos, experto en II República, también lo dicen él y sus amigos. Y afirma sin ponerse colorado, tiene mérito: Los intelectuales, eran todos profundamente antifranquistas, y más profundamente pro republicanos, LNE.
15-10-03. Hablemos de intelectuales de pata negra: Unamuno.- Se lee el bando de guerra (18-7-36), y grita: “¡Viva España soldados! Y ahora, ¡a por el faraón del Pardo (allí vivía Azaña)!”. Grito profundamente antifranquista como sabemos todos.Ya Azaña se lo decía a don Luis en 1938, pero, claro, para saberlo hay que leerle: “han desaparecido republicanos señalados y hasta eminentes… Todos tenían con la República la obligación de servirla”. Memorias políticas y de guerra, V.II, p. 81.
Confirmaba Marañón, no parecía don Gregorio muy partidario, ante una asamblea de intelectuales en Francia: el 88% del profesorado de Madrid, Valencia y Barcelona ha tenido que huir al extranjero… porque temían ser asesinados por los rojos… muchos de los amenazados eran… hombres de izquierda… Están… fugitivos de la España roja: D. Ramón Menéndez Pidal… D. José Ortega y Gasset… D. Gregorio Marañón; D. Manuel García Morente… Pérez de Ayala… Baroja… Salvador de Madariaga… Juan Ramón Jiménez… Jiménez Díaz… Niceto Alcalá Zamora. Seguían 36 más, y Marañón presumía de tener mala memoria. “El gran argumento del doctor Marañón”, Diario de la Marina, La Habana, 2-2-37.
Claudio Sánchez de Albornoz, presidente de la República en el exilio, también le contaba: “Horas crueles las del destierro… el encargado de Negocios de la República (en Cuba) fue a comunicarme mi destitución como catedrático… habían destituido a Ortega y Gasset, a Américo Castro, a Pitalluga y a alguien más de nuestras ideas y de nuestra talla”. Anecdotario político, p.239.
Frecuentemente Arias, cita a Américo Castro como fiel adalid de la República de Azaña, cosa evidentemente falsa; miente o ignora, o miente e ignora. Pasa a menudo con los republicanos al uso.Pío Baroja: “creo que una dictadura blanca es hoy por hoy preferible para España”. Gabriele Ranzato, El Eclipse de la Democracia: La Guerra Civil Española Y Sus Orígenes, p.355.Ortega, que tampoco parecía demasiado entusiasmado con la II República,escribía a Marañón, 30-3-39: “Querido Gregorio, anteayer, al conocer la noticia de la entrada en Madrid pusimos a ustedes un telegrama de alborozo y felicitación”. M. Gómez Santos, Españoles sin fronteras, p.139.
Insistía don Luis mintiendo (LNE. 23-7-01), que Ortega, Pérez de Ayala y Marañón habían vuelto ya viejecitos a España, pues Franco era un mal inevitable. Ortega volvió en el 46 con 53 años, antes había estado el 4-12-39 en una corta visita, celebrando la reanudación de la Revista de Occidente con un libro de su hijo Miguel, “Vitaminas como biocatalizadores”, dedicado a la memoria de José Antonio. Ayala con 51 regresa en el 39, el 40, se va a América, decide quedarse en Argentina, él aclara que por razones económicas. Dada esta situación es agregado a la embajada como funcionario, con la correspondiente paga. En el 54 regresa definitivamente.
Todos en su plenitud intelectual. Previamente se habían dado cuenta de que la República era un mal evitable. Todos habían tenido a sus hijos luchando con Franco, todos presumían de ello, todos le llamaban Caudillo con gran admiración. Y los tres odiaban a la República de Azaña con el mismo entusiasmo. Marañón no tenía hijos.Pérez de Ayala huye y escribe a Franco: “Mi querido General… hacer llegar a usted directamente, lo primero, mi adhesión más sincera, y después, el ofrecimiento de mis humildes servicios”. Carta del archivo de Editorial Planeta. M. Gómez Santos, Españoles sin fronteras, p.162,67.
También contaba, a Marañón: “los desalmados mentecatos que engendraron y luego nutrieron a los pechos nuestra gran tragedia… Lo que nunca pude concebir es que hubiesen sido capaces de tanto crimen, cobardía y bajeza… Me figuré un tiempo que Azaña era de diferente textura y tejido más noble… Leyendo luego sus memorias… me entró un escalofrío de terror al observar su espantosa degeneración mental… todo estaba perdido para España”. Carta del archivo de G. Marañón. El periódico Claridad (PSOE, 7-2-37.) lo tenía bastante más claro que don Luis “el conocimiento de la condición moral de tipos como Unamuno, Baroja, Madariaga, etc.
Cada uno lleva un traidor dentro. O una complacencia de meretriz, a elegir”.Ortega reinaugura el Ateneo de Madrid, dice en el discurso: “Mientras otros pueblos están enfermos, casi todos, el pueblo español, lleno de defectos y de hábitos torpes, ha salido con una sorprendente salud”. La conferencia es transmitida por radio a toda España y se publica en el Arriba de 6-5-46.
*Coronel.