E.L.- El partido España 2000 negó ayer cualquier tipo de relación con Anders Behring Breivik, el autor confeso de 76 muertes en la masacre de Noruega, tras conocerse que el presunto criminal citó a España 2000 en el documento de 1.518 páginas que colgó en internet horas antes de la matanza y que definía al partido político de matriz valenciana como «una tormenta que ha sacudido Valencia por sorpresa, ganando concejalías en tres municipios» en las últimas municipales. El presidente de España 2000, José Luis Roberto, aseguró ayer que el presunto asesino «ni es afiliado de España 2000, ni tenemos relación con él, ni hemos tenido ningún contacto nunca. En Lituania, Alemania o Rusia tenemos muchos afiliados y vinculaciones con partidos políticos. Pero con Noruega no tenemos nada, salvo que yo tengo una promotora de boxeo y hemos traído a algún boxeador noruego a pelear», afirmó el dirigente político.

Además de aclarar que no lo conocían de nada, José Luis Roberto quiso manifestar su «disgusto» por que su partido haya sido vinculado con el único detenido por la masacre. «Nos encontramos molestos —asegura Roberto— porque España 2000 no tiene nada que ver con este individuo ni con su locura, y nos molesta que se nos implique en algo tan desagradable, tan deleznable y tan vergonzoso como este atentado. Rechazamos, como cualquier persona normal, actuaciones de este tipo».

Mientras la mayoría de analistas europeos relaciona la matanza con el auge de la ultraderecha en Europa, José Luis Roberto despolitiza el atentado. «Este individuo es un loco, un lunático. No creo que tenga absolutamente nada que ver con movimientos políticos, sino con algo que lleva mucho más tiempo en la humanidad como es la locura. Este individuo es un absoluto destarifado. Y la locura de este hombre no tiene nada que ver con que en toda Europa existan unos movimientos que quieran defender su identidad porque la consideran en peligro ante la ‘invasión’ de la gente del sur hacia el norte, sobre todo del islamismo hacia Europa, que está reconvirtiendo muchas costumbres de los europeos y que entendemos que nos está perjudicando», concluye.

De hecho, un comunicado de España 2000 alertó ayer de «los intentos de desprestigiar a las fuerzas identitarias que se están abriendo camino en Europa vinculándolos a acciones terroristas como ésta y como otras que se puedan realizar en un intento de salvar el viejo orden y el status de los partidos tradicionales».

José Luis Roberto asegura que, en España 2000, la violencia «ni se potencia ni se permite». «En nuestro partido —afirma—, a quien se ve que está un poquito mal de la cabeza lo expulsamos, porque sabemos que antes o después nos la va a hacer. Nosotros tenemos ideas radicales y somos radicales, pero no somos fanáticos. Lo que pasa es que cada vez hay más fanáticos. Y el fanatismo es algo muy difícil de solucionar. La solución será más difícil en una sociedad con más conflictos, que a su vez generan cada día más fanatismos», opina.

«La ultraderecha no lo alimenta»

¿Y no cree que el discurso de la ultraderecha, como subrayan los analistas, incita a estos actos? «No, no, no… —responde José Luis Roberto—. El discurso de la ultraderecha no alimenta actuaciones como las del atentado de Noruega, porque el discurso de la ultraderecha jamás llega a esos extremos y ni siquiera da indicios para llegar a ellos. No somos xenófobos, pues tenemos ciudadanos extranjeros afiliados a España 2000, ni tampoco somos racistas, y yo cuento muchas veces que he tenido una novia negra», destaca.

A su juicio, «el discurso de la extrema derecha en Europa se defiende con palabras y no llega a actitudes de este tipo salvo en algún grupo tangencial, como también puede suceder en el marxismo más radical o en los movimientos alternativos más radicales», dice el dirigente de España 2000.