Virginia Casademunt.- En 1990, el malogrado Papa Juan Pablo II asombró al mundo proclamando que “los animales poseen un alma y los seres humanos deben amar y sentirse solidarios con nuestros hermanos menores”. Aseguró incluso que todos los animales son “fruto de la acción creadora del Espíritu Santo y merecen respeto” pues están “tan cerca de Dios como lo están los humanos”.

Fueron unas conmovedoras palabras que no hacían sino revestir a nuestros animales de la dignidad y el respeto que algunos se obstinan en negarles. Frente a tantos desalmados con dos patas, nuestros amigos supuestamente irracionales son mucho más caritativos y sensibles. AD ha hecho de la defensa animal uno de sus principios editoriales y nos incumbe tanto o más su bienestar que el de muchos humanos. Felizmente, las mascotas son ya tratadas igual que las personas en muchas sociedades occidentales. Como muestra, un botón: La escultora y artista italiana Luciana Matalon no ha dudado en comprar toda una página del Corriere della Sera, el diario de mayor tirada en Italia, para despedirse de su amado compañero: su gato, Sky.

La apesadumbrada dueña ha explicado después, que quería compartir el dolor “con el mayor número de personas posibles” por la perdida de su gato, que “ha sido una de las mayores fuentes de inspiración” de su obra. En la página con fondo negro se leen algunas frases de despedida a Sky y una foto con su gato en brazos. “El universo escucha en gran silencio. El mundo se ha apagado. Hoy mi gato mágico ha sido secuestrado a las 4.30 por un neutrón a la deriva en el espacio galáctico”, se puede leer en la singular esquela.

Además de la página del periódico, ha querido cuidar hasta el último detalle alquilando un helicóptero para enterrarle en el jardín de su casa en Olbia (en la isla de Cerdeña) junto a la escultura que le había dedicado.