El precio de los carburantes, creador de problemas
Wenceslao Pérez Gómez.- De poco tiempo a esta parte los precios de los carburantes se han disparado. Se pone como escusa que el precio del barril de petróleo se ha incrementado considerablemente, a causa de la Guerra de Libia, lo que puede ser cierto, pero es que existe petróleo en otras partes del mundo donde no hay conflictos bélicos. También, se argumenta el pretexto de que la demanda mundial de crudo supera los límites hasta ahora conocidos y que eso, hace que el precio del barril suba.
Bien es verdad que el petróleo que se está consumiendo principalmente en España se extrae de los pozos de Arabia Saudí, Libia y otros países árabes. Pero, nos preguntamos, ¿por qué sube igualmente el precio del barril de petróleo Brent, que es el que se extrae de los pozos petrolíferos del Mar Báltico, donde no hay ningún tipo de conflicto?.
Da la impresión de que las compañías petroleras se han puesto de acuerdo para hacer su agosto a costa de la crisis económica. Y, al hilo de ello, surgen varias interrogantes: ¿Por qué cuando el precio del barril de petróleo baja, esa bajada no se repercute en el precio de los carburantes?. ¿Por qué se ha tratado de igualar el precio del gasóleo al de la gasolina?. ¿Por qué más del 50% del precio de los carburantes son impuestos?.
Creemos que estas preguntas tienen respuestas, pero nadie se ha tomado la molestia de darlas, posiblemente, porque existen intereses ocultos entre quienes deben de contestar.
Desde el Gobierno se dice que hay que ahorra energía y para ello, se ponen en marcha una serie de medidas absurdas e ineficaces con el fin de dar la impresión de que se está haciendo algo en este sentido, de cara a la galería. Y, sin embargo, se sigue derrochando energía en coches oficiales y en viajes en avión innecesarios.
Mientras, el transporte de mercancías y de viajeros por carretera sufre el día a día de la subida de los precios del gasóleo, sin que esas subidas puedan repercutirse en los precios a los usuarios. El Ministerio de Fomento está en conversaciones con los transportistas para más que solucionar el asunto, poner un parche a este tema y, entretanto, muchas empresas de transporte tendrán que echar el cierre al no poder asumir esta situación.
Por otro lado, alguien de este Gobierno ha anunciado la posibilidad, no remota, de poner un nuevo impuesto a los carburantes, lo que puede ser la gota que colma el vaso de la paciencia de transportistas profesionales y conductores particulares, aparte de hundir un poco más la economía nacional.
Dado el alto precio que está alcanzando el crudo, si lo que este Gobierno desea es dinamizar la economía española, debe empezar por reducir las cargas impositivas a los carburantes, ayudando a que lo usuarios puedan moverse más libremente. Por un lado, el transporte no estaría tan agobiado como ahora, los particulares tendrían mayor confianza a la hora de cambiar de coche y, con ello, se reducirían los efectos negativos de los precios del petróleo para la economía y ganaríamos todos.
No hay que olvidar que el transporte es lo que mueve al mundo y, si se para, también se parará el mundo.
Solo una aclaración, la definición “escusa” no es correcta según la RAE, debería sustituirse por “excusa”.
Gracias