Las encuestas otra vez rotas por un discurso social y radical completamente nuevo y que intentaron silenciar a toda costa los medios de comunicación del sistema para de esta forma poder vender que el Front National de Marine Le Pen no era ninguna opción de gobierno. Otra vez les salió mal, el pueblo está harto de demagogia, está harto de ver como la mayoría de los dirigentes le rinden pleitesía a la alta financia internacional. Hartos de ver el pacto “Merkozy” está por encima de los intereses de los franceses de toda la vida y también de todos los pueblos europeos.

El sistema intentó pararles, pero no lo consiguió. Los partidos pequeños, que después del 30% del voto escrutado ya sabían que debían dar el voto al socialista Hollande, no son más que una cortina de humo para poder detener el avance de las auténticas voces disidentes con el sistema, y esta corriente intelectual, trabajadora y contracorriente hoy la encabeza la señora Le Pen.

Ahora les toca la segunda vuelta, una segunda vuelta que solo servirá para decidir que nombre llevará la nueva alianza europea, el de “Merkozy” o “Merkollande”, para poder vender los intereses de todos los franceses y el de los europeos al mejor postor, incapaces de aceptar que su modelo capitalista ha fracasado debido a la usura bancaria y el monopolio de las multinacionales egoístas y apátridas. Ahora esos mismos que hemos citado bailarán al son de los votantes del Front National. Esperemos que los votantes de este partido sigan el ejemplo de su presidenta y no contribuyan a esta farsa que representa la izquierda y la derecha francesa.

El mensaje radical de Le Pen caló entre la población francesa de una forma sin precedentes, dejando claro que el Front National es la única solución viable para los franceses y la Europa de los pueblos. Un mensaje nuevo con proclamas muy claras: “Soy la candidata antisistema” o “Soy la voz de los patriotas franceses de derechas e izquierdas”. Este es el mensaje que Le Pen brindó a los franceses y que estos acogieron de muy grata forma, llegando a alcanzar un histórico récord, siendo que 2 de cada 10 votantes votan al Front National, cosa que en ciertos lugares de Francia no tienen la mayoría de partidos que se consideran alternativos.

Este es el nuevo aire que sopla desde Europa, un aire esperanzador que rompe con los esquemas de una forma radical, con un discurso completamente nuevo, que deja y crea malestar entre los partidos tradicionales, esos mismos que se ven impotentes a la hora de solucionar los problemas que ellos mismos han creado, intentan mediante el miedo y los rumores parar el avance de una llama que hoy no solamente brilla en la nación gala.

Algunos se preguntarán si el 20% sirve de algo. Ya les adelanto que es un punto de inflexión en el seno de los partidos tradicionales franceses. La derecha ha fallado, su populismo demagógico no ha servido y la izquierda de Hollande será más de lo mismo. Estas elecciones nos han demostrado que Marine Le Pen puede asumir la dirección de su Francia natal, y que después de la izquierda y la derecha vendrá ella.