Un joven normal, un inmigrante marroquí en bicicleta, como hay cientos por los caminos rurales y las calles de la Región de Murcia. Algunos vecinos del edificio Murcia de la urbanización Oasis, donde el violador en serie residía con sus padres, incluso cuentan que trabajó en un cercano hotel costero. Nunca ocultó su rostro ni su vieja bicicleta, los dos rastros que ha seguido sin descanso la Guardia Civil y las policías municipales de San Javier y de Los Alcázares para dar con el autor de seis violaciones, de las que llegó a consumar una, además de dos robos con violencia e intimidación.

Se volvió escurridizo por lo común de sus rasgos -árabe, delgado y en bici-, pero a la vez despreocupado e impulsivo en su forma de actuar, de modo que la Guardia Civil logró echarle el guante en la tarde del pasado miércoles, tal como adelantó ayer este periódico. El detenido encajaba a la perfección con el retrato robot descrito por las víctimas, pero además la Guardia Civil esperaba confirmar en las próximas horas la culpabilidad del detenido con la prueba de ADN, a través de los restos de semen que dejó en la ropa de una de las víctimas.

Pero ni siquiera hizo falta esperar los resultados del laboratorio. El joven de 20 años, A.E.J. de origen marroquí, se confesó ayer ante la Policía Judicial como autor de las 6 agresiones sexuales que han sembrado el miedo en las urbanizaciones de Euro Roda y Euro Marina, entre San Javier y Los Alcázares en los dos últimos meses.

Esta mañana ha sido trasladado al Juzgado de Instrucción número 3 de San Javier para que el juez valore las pruebas y el testimonio del detenido. Es el resultado final de la operación Moca, que ha culminado con éxito más de seis semanas de investigaciones y controles de extranjeros en la zona del Mar Menor. Cientos de fotografías de jóvenes marroquíes que transitan a diario por San Javier y Los Alcázares han sido analizadas y cruzadas con la descripción que del agresor hicieron las víctimas.

La pista definitiva la dieron los objetos robados

El mismo miércoles, poco antes de la detención, la Guardia Civil dio con el rastro definitivo que conducía directamente al violador. Dos personas que tenían en su poder algunos de los objetos de una de las víctimas, robados por el agresor. Los agentes detuvieron a los dos individuos como autores de un delito de receptación, y comenzaron a estrechar el cerco al agresor sexual.

Pocas horas después, ya en la tarde del miércoles, localizaron al joven más buscado en los últimos meses, quien se desplazaba en un vehículo a una finca cercana en la que aparentemente trabajaba. Cerca de su domicilio estaba la bicicleta azul, con idénticas características a las detalladas por algunas de las mujeres asaltadas. En ella se desplazaba para seleccionar a sus víctimas, mujeres de diferentes edades -una de ellas de casi 60 años-, solas caminando de noche, entre las 22 y las 23 horas, sobre todo los fines de semana, por las solitarias calles de Euro Roda. La cercanía de un descampado junto al puente de la autovía Cartagena-Alicante, que discurre por encima, le sirvió de lugar de operaciones. A la oscuridad del puente arrastró a varias víctimas para forzarlas e intentar consumar la violación, aunque sólo lo logró con una de ellas. El resto denunció el asalto con violencia, los forcejeos y tocamientos del agresor, ya que pudieron zafarse de sus intenciones.

La Guardia Civil sospecha que podría haber más de 6 mujeres agredidas, ya que en los casos de violaciones en serie algunas de las víctimas no acuden al cuartel de la Policía por temor a que su penosa experiencia sea de conocimiento público, aunque las autoridades emplean todas las reservas para garantizar la intimidad de las denunciantes y mantener su imagen.