Abascal anuncia que dejará la política para abrir una escuela de mindfulness en la sierra
Santiago Abascal ha comunicado este domingo una decisión que ha dejado perplejos incluso a algunos de sus seguidores más fieles: abandonar temporalmente la política activa para iniciar un retiro espiritual de reflexión profunda, con el objetivo —según sus propias palabras— de “reordenar prioridades y alejarse del ruido”.
El líder de Vox explicó que el retiro tendrá lugar en un enclave “libre de corrección política”, sin cobertura móvil y con acceso restringido a opiniones diversas. El programa incluye largas caminatas en solitario, lectura selectiva de historia “sin notas al pie” y sesiones de silencio destinadas a “recuperar una visión clara del mundo, sin matices innecesarios”.
Fuentes cercanas al dirigente señalan que el retiro, bautizado como “España Interior”, contará con actividades como “Clases prácticas sobre el cuñadismo”, “Cómo analizar la crónica política desde una perspectiva torrentiana”, “Cómo decir estar en contra de Sánchez, pero poner piedras en el camino del único partido que puede derrocarlo”, “Cómo levantarse a las 6 de la mañana… para ir al baño” y un taller práctico titulado “Aceptar que la derecha conservadora existe y atrae a más votantes”, este último aún pendiente de confirmación.
Abascal insistió en que no se trata de un abandono definitivo, sino de una pausa para “reconectar con una España ideal que no hace ruido, no protesta y no pide derechos”. En ese sentido, aclaró que durante el retiro no se permitirá el uso de redes sociales, salvo para publicar mensajes críticos sobre Feijóo.
La reacción en redes no se hizo esperar. Mientras algunos usuarios celebraban la noticia como una oportunidad para bajar el tono del debate público, otros se preguntaban cuánto puede durar un retiro espiritual cuando las contradicciones ideológicas avanzan más rápido que el supuesto deseo de servir a los españoles.
Horas después, el propio Abascal confirmó que todo formaba parte de una inocentada, aunque reconoció que “un poco de silencio y autocrítica no le vendría mal a la política española… en general”.











