Los escándalos de corrupción que salpican al Gobierno de Pedro Sánchez han traspasado fronteras y son noticia en muchos medios internacionales. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo español se niega a dimitir, incluso si es imputado, porque, en sus propias palabras para la televisión pública, “no tiene nada que temer”.

Pero lo cierto es que cada información que va saliendo a la luz es un auténtico esperpento que genera gran preocupación dentro y fuera de España. Además, nuevas informaciones estrechan más el vínculo del socialismo español con el régimen chavista y la dictadura castrista.

En los últimos meses, quienes fueron manos derechas del líder socialista se han visto privados de libertad al ser encarcelados y enfrentarse a juicios con posibles condenas elevadas por diferentes delitos de corrupción. El caso más reciente ha sido el del exministro de Transportes, José Luis Ábalos.

A raíz de esto, el hijo de Ábalos ha confesado que Pedro Sánchez insistió en reforzar la conexión con el chavismo a través de un encuentro entre la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez y Ábalos. La reunión finalmente se produjo en el aeropuerto Adolfo Suárez–Barajas de Madrid, pese a la prohibición expresa de la Unión Europea, y en ese encuentro hubo también un intercambio de maletas e información.

Esta nueva confesión vuelve a poner en el ojo del huracán la supuesta financiación chavista al Partido Socialista y a la Internacional Socialista. Una presunta financiación que el chavismo se tomaba en serio con tal de llevar a suelo europeo sus tentáculos comunistas, lo que supondría una forma evidente de injerencia externa.

Cabe resaltar también que, en estos momentos, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha sido señalado por Estados Unidos por su complicidad y blanqueo del régimen autoritario de Maduro.

De lo que no cabe duda es de que las informaciones son muy graves y las investigaciones avanzan en todas las direcciones. De hecho, Hugo Carvajal, el exjefe de espionaje de Venezuela que se declara culpable de delitos de narcotráfico y narcoterrorismo en EEUU, ha admitido este tipo de informaciones ante las autoridades norteamericanas en medio de las crecientes tensiones frente a las costas venezolanas en el Caribe.

No obstante, el Gobierno de Pedro Sánchez se limita a intentar censurar estas investigaciones sin ofrecer explicaciones claras, restringiéndose a decir que todo se esclarecerá. Pero la preocupación en la sociedad española no deja de crecer, y el Ejecutivo no cambia su modus operandi, pese a encontrarse cada vez más acorralado por diversos escándalos de corrupción que tienen un nexo en común y que ya apuntan a Sánchez, aunque todavía no esté imputado por la justicia.

Además, en los últimos meses se han intensificado las protestas de los ciudadanos en las calles españolas pidiendo la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones generales. Por lo tanto, se trata de una situación caótica que anticipa un 2026 complicado en España.