Nunca creas nada hasta que el Gobierno lo niegue
Por una vez la frase no se le atribuye a Churchill sino al alemán Bismark, pero, aunque puede que no la pronunciara ninguno de los dos, está maravillosamente tirada y da de lleno en el blanco. Sobre todo si se refiere a España, a nuestro gobierno y en particular a su cabeza, Pedro Sánchez.
El sanchismo libra con la verdad una guerra a muerte que va desde su ocultación, camuflaje y ataques repentinos y puntuales de amnesia hasta la mentira con desparpajo y a calzón quitado. Y es, muy ciertamente, aquello que niegan y con cuanto más énfasis se emplean es cuando viene a resultar más creíble y la mejor prueba de veracidad posible. No hay sino que ver sus momentos más estelares.
No pactaría con Podemos: Hizo a Iglesias vicepresidente y ahora ha colocado al trastorno Yolanda.
No pactaría con los separatistas y era totalmente inconstitucional la amnistía: Ha pactado con ellos el saqueo de España y ordenó, y consiguió, constitucionalizarla a través de «sus» togas manchadas.
Jamás y nunca y veinte veces nunca pactaría con Bildu: Hoy los albaceas de ETA son sus mas dilectos aliados, ha excarcelado y hasta beatificado a los verdugos, les ha entregado Pamplona, le marcan el paso y son quienes ahora nos conceden o nos niegan el carnet de demócratas. Así que a quién concedemos en este instante veracidad: ¿a él y ellos o al chófer que los llevaba y a quiçen era su mano derecha y su hombre de mayor confianza?
Pero no es que sea solo en estos grandes y trascendentales asuntos donde eso restalla con claridad meridiana. Es algo que ya se ha convertido en algo cotidiano y si no mienten y niegan un par de verdades cada día, es porque nadie del gobierno ha abierto la boca. Así que si le dan a la carraca de «bulo y fango» traduzcan «nos han pillado». Si aseveran, «falsedad y mentira», añadan «con el carrito del helado» y si ponen «la mano en el fuego» es que justo porque andan desalados preguntando: «sabe alguien algo del informe de la UCO». Y un último peaje de la cochambre: mandar a la Leire a «limpiarlo». O sea, hacer todas las guarrerías necesarias, incluido el chantaje, y al tiempo ofrecer perdones y ofrecer coimas, cargos y prebendas. La UCO, o sea la Guardia Civil, ya son los malos y los jueces, unos fachas.
Hasta en los títulos de las leyes hay engaño, araña y mentira para ocultar lo que de verdad contienen. Las de Memoria Histórica y Memoria Democrática no hay historia, sino desmemoria tuerta y en la Democrática, cuñas y torpedos contra derechos ciudadanos y contra las bases de la Constitución dictados por quienes quieren dinamitarla por la puerta de atrás y a escondidas de la voluntad del pueblo al que no se piensa consultar bajo ninguna de las maneras no sea que les pegue el sartenazo
En todo aplican a rajatabla y por sistema las «leyes de agitación y propaganda», tan queridas por el nazi Goobels y estalinista Beria. Sobre todo una de ellas de manera contumaz y continua, la de transposición, o sea cargar y proyectar sobre los demás lo que ellos son y ejercen. O sea que los que mienten, hacen barbaridades, corrompen, vulneran las leyes y traicionan todo cuanto prometen respetar, no son ellos sino siempre los «otros».
Las únicas verdades de Sánchez y a su Gobierno solo pueden encontrarse en aquello que ocultan o niegan. No hay ninguna otra manera de ser pillados en ellas. Pero todo se acaba por saber y al cabo los pájaros, sobre todo si se ven sin alpiste y a punto de ser metidos en la jaula, cantan. Ábalos ha empezado a hacerlo justo antes del día que el juez podía mandarlo a ella. Un temblor a estas horas recorre Moncloa y siembra en Ferraz el pánico. Por ello dirán que están «tranquilos, muy tranquilos». O sea, que no les llega la camisa al cuerpo. Este jueves puede ser «un gran día».











