Mario Vilau, tras ganar la Liga Nacional de Novilladas: “Toda la afición que parecía que estaba muerta en Cataluña está volviendo a salir a la luz”
En una tierra donde el silencio se impuso a la tauromaquia, hoy vuelve a escucharse el eco de una ilusión. Mario Vilau, novillero de Hospitalet de Llobregat, ha devuelto a Cataluña la esperanza de tener de nuevo un torero en el que mirarse. Su triunfo en la Liga Nacional de Novilladas no es solo el colofón a una temporada impecable, sino también el germen que ha hecho que la afición catalana vuelva a soñar con el toreo.
“Estoy satisfecho de haber ganado la Liga Nacional de Novilladas. Tras la lucha que he llevado y después de todo lo que he pasado, he acabado la temporada con un día muy bonito” , sostiene Mario Vilau.
La faena que le dio la victoria al novillero catalán fue muy completa y estuvo a gran nivel con el bueno, pero exigente novillo de Fuente Ymbro. “Guardo sensaciones únicas. Me salió un novillo cumbre de Ricardo Gallardo. Supe estar a la altura de él. Entre toro y torero nos acoplamos perfectamente. Será algo que quedará para mí marcado a fuego” .
La tarde de Sanlúcar de Barrameda no fue una excepción en su currículum. El paso de Mario Vilau por el Circuito Valenciano, del que también fue triunfador y que le dio la llave a la final de la Liga Nacional de Novilladas, fue rotundo. “Durante el Circuito se vio mi evolución y, sobre todo, las ganas de ser torero. No me dejé nada ninguna tarde. Fui a darlo todo y eso se vio plasmado. El ganarlo me ha dado muchísima visibilidad”, afirma el novillero de Hospitalet.
El triunfo de este domingo ha sido la guinda a una temporada importante para Vilau, que lo ha colocado en la mirada del aficionado. “Al principio parecía que iba a ser una temporada de rodaje, pero terminó siendo de puertos de montaña. Ha habido tardes muy buenas, como la de Ceret. También he sido el triunfador de Pedrajas de San Esteban y de Íscar, además del Circuito y de la Liga. Ha sido un año en el que he tenido la oportunidad de darme a conocer y en el que mucha gente se ha fijado en mí por la buena imagen que he dado. Busco siempre que se me vea arreando, pero con serenidad. Toreando con mucha verdad y que la gente lo sienta”.
Mario Vilau es ahora mismo el pilar que necesita Cataluña para soñar con el futuro del toreo. “Me llena de responsabilidad porque sabes que llevas muchos aficionados catalanes detrás. Toda la afición que parecía que estaba muerta está volviendo a salir a la luz. Es muy bonito que todos ellos vengan a darlo otra vez todo por el toro, por luchar y por defender lo que aman. Que eso sea conmigo, es una ilusión muy grande”, explica el novillero.
Vilau creció en un contexto muy difícil para la tauromaquia en su tierra. Unos años en los que parecía casi imposible despertar la esperanza de que un niño quisiera volver a ser torero. “Era muy pequeño cuando pasó todo. Mi familia no es aficionada, por lo que no tenía consciencia de lo que estaba pasando con los toros en Cataluña. Ahora que conozco a gente que lo vivió de cerca, fue un momento muy complicado en el que veían que les arrebataban lo que amaban y la libertad de ir a los toros. Yo me aficioné en un pequeño pueblo de Castellón, adonde se fue a vivir un tío mío, con los toros en las calles. Después, por la televisión, conocí la parte de la plaza, que fue lo que acabó de enamorarme y me hizo querer ser torero”.
Una vez finalizada la temporada, Mario Vilau ya piensa en la próxima. “Mi meta es seguir creciendo y hacer que se siga hablando de mí con buenas palabras. Me gustaría pisar grandes plazas como Madrid, Sevilla o Valencia, plazas importantes donde los triunfos tienen mayor repercusión y triunfar en ellas” , concluye el novillero.











